viernes, agosto 21, 2009
ARTÍCULO"¿QUIEN FUE CONFUCIO?” *** La sinceridad y la veracidad son las bases de toda virtud. Kung FuTse, Confucio.
ARTÍCULO"¿QUIEN FUE CONFUCIO?”
*** La sinceridad y la veracidad son las bases de toda virtud. Kung FuTse, Confucio.
POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO VIERNES 21 DE AGOSTO DE 2009.
Algunos intelectuales de nuestra sociedad y otros en los tiempos históricos referentes, gustan de iniciar o terminar sus obras, ensayos, artículos y reflexiones, con alguna cita o frase célebre de algún profundo pensador, filósofo, sabio o erudito. Lastimosamente esos intelectuales pretenden exhibir una cultura que no tienen y la que poseen en lo que sarcásticamente quedado en llamar: "cultura de bolsillo" o "cultura portátil", ya que de las obras más trascendentes e importantes de la humanidad, suelen leer el prólogo, un breve resumen o una que otra frase de ese sabio o erudito. Muchísimos, de esos algunos intelectuales, se pavonean y masajean su ego colacionando a Confucio y con disimulo aspiran a que se le reconozca como especialistas de la biografía de ese pensador o de sus obras y producción cognitiva. En esta primera entrega me limitaré a presentar a mis lectores, una estrecha, muy breve y lacónica biografía de un hombre cuyas reflexiones constituye un verdadero aporte a la humanidad y fundamentalmente al ser humano en lo individual, cuando presenta una diversidad reflexiones, postulados y principios que pretenden mejorar la conducta, la actitud y actuar de cada ser humano.
Varios aspectos son notables en las observaciones y conclusiones que nos presenta Confucio. Entre ellas de la práctica de la virtud que, enaltece y edifica al hombre. Virtud de tan directamente conectada con la rectitud en el proceder, en la actuación, en las obras que la misión del hombre en su individualidad le competan. El amor y respeto por lo padres son también centro de su preocupación filosófica y finalista. En esto hay una coincidencia exacta entre la palabra de Dios contenida en el viejo testamento que obliga al hombre a honrar y respetar a su padre y a su madre. Entonces fácilmente podrá reconocerse en las preocupaciones existenciales de Confucio, la búsqueda de la trascendencia por el respeto a los ancestros y al cultivo de los valores generados por aquellos. Pero la generosidad y el amor no escapan del escrutinio de cognición del gran Confucio. Precisamente de su construcción filosófica gira de una moralidad racional y no mágica. De allí que en la primeras de cambio podría afirmarse sin temor alguno que Confucio fue un abanderado de la doctrina de la virtud moral, como principio fundamental de cine de una sociedad basada en la ética, en la justicia, en el amor y era el desarrollo de los valores espirituales más trascendentes.
Tal como se dijo en líneas anteriores transcribo unas breves líneas sobre la biografía de Confucio:
Confucio nació en el año 551 y murió en 479, antes de nuestra era, una época caracterizada por el paso de una religiosidad de carácter mágico a una religiosidad racional. Confucio, que en realidad se llamaba K’ung Ch’iu, fue un sabio que predicó que la virtud moral y una sociedad ética son más eficaces que la magia para lograr el bienestar humano. Sus enseñanzas no pretendieron fundar una religión sino una forma de vida.
Para Confucio, solo el hombre noble (en términos morales) debe ser gobernante y si un príncipe no se ajusta a este ideal, debe rodearse de consejeros virtuosos. La acción del hombre noble en el estado y en la sociedad se expresa por su moral, su amor y obediencia filial, que deben ser adquiridas mediante la práctica constante. Confucio dio mucha importancia al cumplimiento de los ritos de reverencia a los ancestros y al Cielo porque son la expresión de una actitud virtuosa. El confucianismo presenta una antigüedad idealizada, porque dice que en la época de los emperadores primitivos (Yao y Shun), los soberanos entregaron el control del imperio a los más dignos y respetuosos de los ritos sagrados.
Para Confucio, un hombre muestra su valor practicando la virtud, la rectitud, el amor, la humanidad, la generosidad y el respeto a las padres y ancestros. Asimismo, es muy importante el aprendizaje constante y la autosuperación a través de la educación. Hacia el final de su vida, Confucio Dijo:“Cuando tenía 15 años, puse mi corazón en el aprendizaje; a los 30, estaba firmemente establecido; a los 40 no tenía más dudas; a los 50 sabía el designio del Cielo; a los 60 estaba dispuesto a escucharlo; a los 70 podía seguir lo que mi corazón me indicaba sin transgredir lo que es correcto.”
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VIRTUD MORAL
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