lunes, agosto 28, 2006

ODIAR:

¿SUFRIMIENTO INNECESARIO?

por Mervy Enrique González Fuenmayor

- Sábado 26 de agosto de 2006 -

En este sábado que indica el final de una semana, para darle paso a otra que comienza, he podido meditar con mucha profundidad sobre algunos sentimientos que los seres humanos albergamos en nuestra mente y en nuestro corazón. Me hace prisionero el recuerdo de muchos años pasados en los cuales algunos de mis días transcurrieron signados por la pobreza y las carencias económicas en una sociedad que mostraba su incipiente transformación de pequeña ciudad a urbe. Este acontecimiento fue traído a mi memoria por imágenes coloridas, multiformes, adornadas por personas de variopinto carácter, de una ciudad llena de dificultades y problemas etiquetados como triviales, hasta los de una marca compleja, cruel e inhumana. Y no es que, tiempo ha, no fuere así , empero este y su discurrir fatalista permeó cambios que aunque no se admitan, la ley de lo social y de la vida los hacen formar parte de la nueva realidad , así tenga el lápiz de la historia que utilizar fórceps [Fórceps. (Del lat. forceps, tenaza). m. Med. Instrumento en forma de tenaza, que se usa para la extracción de las criaturas en los partos difíciles. U. t. en sent. fig. Sacarle algo a alguien con fórceps. || 2. Instrumento en forma de tenaza usado para la extracción de dientes], para extraer y desalojar del pretérito lo que el futuro que se ha hecho presente necesite sustituir o remplazar por lo nuevo, sin importar que esto último sea beneficioso o no, lo cierto es que el mundo y la vida, así como la sociedad y su gente se mueve, se desarrolla, evoluciona sin que necesariamente siempre sea para bien.

Cuando queramos tener la certeza sobre la ocurrencia de algunos hechos y la presentación de estos en nuestros recuerdos con la mayor fidedignidad de modo que puedan confrontarse como lo hacen las imágenes frente a un espejo que se proyectan a sí mismas para enfrentarse, reunirse y formar lo cóncavo y convexo , el cuerpo y la nada, la oscuridad y la luz, el vacío y la abundancia, el bien y el mal, el odio y el amor, la verdad y la mentira, lo santo y lo pecaminoso, lo virgen y lo violado, la risa y la tristeza, la riqueza y la pobreza; en fin las realidades, situaciones y sentimientos encontrados. Es de esta manera cuando realmente se nos ofrece la verdad, la certidumbre y la justa dimensión de lo vivido, evocado y extraído del pasado. Después de estas divagaciones, iniciemos el ritornelo a lo que nos ocupa. El odio es una emoción [Emoción. (Del lat. emotio, -onis). f. Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática. || 2. Interés expectante con que se participa en algo que está ocurriendo], pero también es un sentimiento [Sentimiento. m. Acción y efecto de sentir o sentirse. || 2. Estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente. || 3. Estado del ánimo afligido por un suceso triste o doloroso] y una actitud [Actitud. (Del lat. *actitudo). f. Postura del cuerpo humano, especialmente cuando es determinada por los movimientos del ánimo, o expresa algo con eficacia. Actitud graciosa, imponente. Las actitudes de un orador, de un actor. || 2. Postura de un animal cuando por algún motivo llama la atención. || 3. Disposición de ánimo manifestada de algún modo. Actitud benévola, pacífica, amenazadora, de una persona, de un partido, de un gobierno]. De tal forma que para ser coherentes y calificar en su real categoría al odio con pertinencia y rigor académico y científico, debe admitirse su triple naturaleza que lo inserta en el terreno de las actitudes, sentimientos y de las emociones. Sólo que el mismo se proyecta negativamente sobre hechos, situaciones, cosas, personas y otros entes y realidades que son su blanco y destino final. Tristemente el odio genera sufrimientos en la persona en la cual nace, crece, se desarrolla y se desplaza pretendiendo causar daño a las realidades sobre las que apunta.

En ese mi pasado, pude reconocer a algunos de los que compartieron conmigo la trama del vivir como personajes de una novela vivencial, el ciclo vital medido por ese lapso, que no obstante haber permanecido ocultos tras el antifaz de la mentira, el engaño y la falsificación de su personalidad y de los acontecimientos ocurridos, no pudieron ni han podido superar el sufrimiento en el que se materializa el odio que prohijaron [Prohijar. (Del lat. pro, por, y filius, hijo). tr. Adoptar por hijo. || 2. Acoger como propias las opiniones o doctrinas ajenas. ¶ MORF. Conjug. modelo], y que para su mala fortuna todavía les subsiste. Desde muy niño me he preguntado qué siente el odiador cuando observa o comparte el espacio físico en el cual se encuentra con su adversario, cuántas emociones, sensaciones y sentimientos negativos, crueles , devastadores, trágicos, inhumanos, cargados de dolor, de impía fuerza y de visiones sobreabundadas de representaciones oscuras, tenebrosas y excedidas de episodios maléficos, tortuosos y con signos cuyos calificativos no poseen expresiones o palabras que se les aproximen para poder determinarlos. ¿Serán estos los momentos y períodos que le toca vivir al que odia? ¿Será posible que una persona pueda convivir con toda esa podredumbre de actitudes, sentimientos y emociones? ¿Y en cuanto al que es odiado, sentirá lo mismo? ¿Qué ocurrirá en su mente, en su corazón y en su cuerpo? ¿Transitará por las mismas veredas, sendas y caminos que el odiador? En este último caso, la respuesta se orienta en el sentido que apunta a la circunstancia de considerar que si el odiado reciproca el odio a su odiador, entonces nos encontraríamos con dos personas enfermas y cargadas de mucho dolor, tristeza, amargura e incapaces de perdonar y retomar el camino de la alegría, de la paz, del buen vivir y de la salud física y espiritual.

Nada bueno se ha construido sobre el odio. Este es fundamentalmente destructor, nada cimentado en el da buenos frutos, por el contrario lo que se edifica en el odio, multiplica este último y carcome todo lo que toca o invade. El alma, la mente, el espíritu, el cerebro, la conciencia, el cuerpo y la personalidad del que odia esta enferma, necesita de un medicamento que desafortunadamente no podrá encontrar en la farmacia de su preferencia, ni mucho menos en el temporario remanso que ofrece el consultorio de un buen psiquiatra o de un buen psicólogo, y esto sin que desconozcamos el papel muy importante y necesario que estos profesionales de la medicina realizan para que la sociedad tenga mejores personas y mejores seres humanos, pero el odio por tratarse de actitudes, emociones y sentimientos, cuando no se extirpa totalmente, puede subsistir lo mismo que un cáncer el cual habiendo sido intervenido, se reproduce bien porque la intervención quirúrgica no fue tan exitosa o sencillamente porque en el momento en el cual se practicó esta , ya había echado suficiente raíces para contaminar al resto de las células del cuerpo humano. Lo mismo o cosa igual sucede con el odio, este es como una semilla que a modo de tubérculo [Tubérculo. (Del lat. tuberculum, dim. de tuber, tumor). m. Bot. Parte de un tallo subterráneo, o de una raíz, que engruesa considerablemente, en cuyas células se acumula una gran cantidad de sustancias de reserva, como en la patata y el boniato. || 2. Med. Producto morboso, de color ordinariamente blanco amarillento, redondeado, duro al principio en la época de evolución llamada de crudeza, y que adquiere en la de reblandecimiento el aspecto y la consistencia del pus. || 3. Zool. Protuberancia que presenta el dermatoesqueleto o la superficie de varios animales], a medida que crece va llenando todo los esparcidos de nuestro espíritu, de nuestro corazón, de nuestra alma, de nuestros pensamientos, de nuestra mente, de nuestro cerebro y también de nuestra conducta. Por ello el odio debe ser desterrado de nuestro corazón ya que este es uno de los grandes causantes de la multiplicidad de problemas que hoy vive la humanidad. El lector con razón se preguntará: es que acaso este sentimiento, actitud o emoción posee tanta fuerza para causar la destrucción del ser humano y de la sociedad? La respuesta es de perogrullo [Perogrullada. (De Perogrullo). f. coloq. Verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza el decirla], en virtud de que si el odiado reacciona o genera hacia el odiador el mismo odio que recibe, obviamente que según los especialistas se producirá el denominado "efecto dominó" o "reacción en cadena" debido a que el odio se seguirá trasladando a otros sujetos y a otras situaciones del entorno. Al considerar que el individuo forma parte de un grupo social resulta por demás lógico asumir, qué tal como el ejemplo ofrecido anteriormente relativo al tubérculo o al cáncer no extirpado totalmente, las raíces del odio se multiplicarán y extenderán a todo el cuerpo social el cual finalmente será víctima de esta contaminación actitudinal, emocional y de sentimientos de odio que causalmente generarán una problemática de naturaleza muy variada que vivirá desde las más sencillas explosiones de iracundia pasando por problemas sectoriales en los campos de la educación, la salud, la economía, haciendo eclosión [Eclosión. (Del fr. éclosion). f. Acción de eclosionar. || 2. Brote, manifestación, aparición súbita de un movimiento cultural o de otro fenómeno histórico, psicológico, etc. || 3. Med. Acción de abrirse el ovario para dar salida al óvulo] en el vasto universo de toda la sociedad local, nacional o mundial. Las dos grandes guerras mundiales y las que se focalizan en el vasto universo de los países de algunos hemisferios nos dan la razón, ellas han comenzado y continuado inspiradas, motivadas, causadas y hasta aupadas por los cultores del odio.

El odio como ya hemos dicho anteriormente es un sentimiento, una emoción o una actitud, y estas expresiones se vinculan con nuestro fuero interno y por ello es tan difícil impedir el nacimiento del odio y su multiplicación no sólo en nuestro ser sino en nuestra conducta, lo que causará prácticamente una invasión del entorno en el cual vivimos, trabajamos, nos preparamos, y ejercemos nuestras diferentes funciones. He allí el poder maligno del odio. En el párrafo que citaremos de seguidas podemos inferir que el odio para qué pueda tener concreción, es necesario que nosotros como seres humanos le demos cabida. Del mismo modo no hay peor enemigo del hombre que el hombre mismo, de allí que cuando particularmente oramos -Y yo lo hago de una manera que le pido al Señor que nos preserve del fuego del infierno, pero fundamentalmente que nos preserve de nosotros mismos, de nuestras decisiones, de nuestros pensamientos, de nuestras actitudes, de nuestras emociones, de nuestros sentimientos, de nuestra conducta, de nuestras ideas y de todo aquello que sale de nuestra boca o se anida en nuestra conciencia, como dice la palabra del Señor , no sólo de pan vive el hombre si no de toda palabra que sale de su boca , y de sus conductas, actos, omisiones, acciones y todo aquello que pudiera considerarse como su obra, por ello debemos siempre mantenernos orando y subordinándonos a la voluntad de Dios, para que Satanás no pueda penetrar en nuestra vida-. Es conveniente expresar que Satanás no tendrá vida si nosotros no le permitiésemos que la tenga, y solamente la tendrá si le damos permiso para que a través de los malos pensamientos, malas acciones u omisiones se produzca y se genere el mal, la ofensa y el daño a Dios y a nuestro prójimo debamos tener claro que necesitamos estar en sintonía con Dios y prestos a realizar su palabra, su mandato y darle cumplimiento al proyecto de salvación que tiene para nosotros. Pero transcribamos el texto al cual hice referencia en líneas anteriores: "Si alguna vez te sucede que el odio bulle en tu sangre hacia quien quiso ensuciarte sin tener ningún motivo, contiene el aliento y respira. Es posible que en ese lapso logres también perdonarlo. Si puedes llegar a este umbral, seguro que sentirás lo que muy pocos consiguen: saborear el manjar de los dioses".

Estas últimas líneas nos conducen a afirmar de manera categórica, precisa, inequívoca y más allá de toda duda de que el perdón es el principal instrumento que como criaturas de Dios poseemos para neutralizar, enervar y extinguir el odio de nuestro corazón. El ser humano que hace de su conducta habitual el perdonar está en situación de evitar que el odio penetre su ser y en consecuencia concretar una mayor posibilidad de tener una vida plena, llena de alegría, paz, equilibrio emocional, prosperidad, reconciliado con Dios, actuando de este modo obtendrá el reconocimiento de la sociedad por su recto proceder y por aislar de sus actos, pensamientos y obras, el odio como principal motor su vida. No es negocio odiar pues sus resultados no son ni positivos, ni beneficiosos para nuestra salud física o espiritual. Sólo un ser humano irracional seleccionará el odio antes que el amor , ya que este último, si genera frutos, prosperidad, alegría, equilibrio, paz, bienestar, progreso, riqueza, tranquilidad, paz y lo que es fundamental a la existencia del mismo, que es su vinculación y subordinación del ser humano a su Creador. Todos los actos de Dios son en nombre del amor, de allí su justicia, su misericordia, su piedad, su caridad, su don de perdonar, entre otras cosas. Entonces hermano y hermana ¿Por qué odiar si podemos amar? El secreto para vivir bien es precisamente perdonar y este acto como ha quedado escrito es el escudo, la herramienta, el principal mecanismo que el Señor nos ha dado para impedir que el odio penetre en nuestra casa en nuestra conciencia, en nuestro corazón, en nuestro espíritu y nuestra mente. Quien perdona y ama no odia y ello le asegura el tránsito por los caminos que conducen al encuentro con Dios, que es en definitiva la puerta angosta en la que para la mayor parte de nosotros es más difícil perdonar que vengarse, que es más difícil hacer el bien que el mal , porque es más difícil no darle comida a quien en su momento no nos las dio, porque es más difícil ser bueno con quien no ha sido bueno contigo sino que por el contrario ha asumido conductas poco bondadosas con tu pobreza o carencia, porque es más difícil ser bueno que malo, porque más difícil pagar con moneda buena la mala que has recibido, porque es más difícil vivir sanamente que vivir en pecado, porque más difícil ser un buen trabajador que un criminal, porque más difícil ser un buen estudiante que un mal estudiante , porque es más difícil ser un buen hijo que uno malo o un buen padre o a un padre irresponsable, porque es más difícil practicar la generosidad que no hacerlo, porque es más difícil dar que recibir, por qué es más difícil mantenerse en la claridad que en la oscuridad, porque es más difícil ser un buen ciudadano que un mal ciudadano, porque es más difícil cumplir la palabra de Dios que no cumplirla , porque es más difícil no negociar con la tentación que hacerlo, porque es más difícil mantenerse en el camino de Dios que apartarse a cada ratos y volver. ¿Entonces porque escogemos el odio como un instrumento de venganza, de revancha, de retaliación, de amenaza y agresión para quien nos ha hecho daño. ? Esta actitud nos conduce a la enfermedad física y espiritual . Está comprobado científicamente que la persona que aloje en su corazón sentimientos de odio , es una persona enfermiza cargada complejos, tristeza, desequilibrios que se traducen en enfermedades que han sido somatizadas y que se transforman entre otras en esa enfermedad del siglo veinte: y veintiuno llamada el estrés , y este último nos va a empujar a enfermedades mayores como el cáncer, las cardiopatías es diferentes expresiones, las patologías digestivas, óseas, traumáticas, nerviosas, psíquicas etc. y que tienen su influencia directa en nuestra productividad en el campo laboral económico y social sin excluir la diversidad de problemas familiares, laborales, conyugales, vecinales, políticos, religiosos y hasta de personalidad que sufren éstas personas. Por ello amigo y amiga que lees este artículo, no vale la pena odiar. Ama, quiere y perdona; si hacemos esto habitualmente y mantenemos una actitud de puertas abiertas a Dios, a su palabra y a su dirección seguro estoy que el odio y todas sus consecuencias no penetrarán tu vida. Debemos mantenernos firmes en estas actitudes y en este orden de ideas recuerdo la palabra del Señor que más o menos se expresa — Palabras mas, palabras menos— : “Me cubriré con la armadura del Señor para que cuando llegue el día malo pueda resistir y después que todo haya acabado poder mantenerme firme... El Ángel del Señor acampa en torno a la criatura que le sirve. Ruego a Dios y a la Virgen Santísima Madre María qué este artículo sea de utilidad para quien lo lea y que aquellos que todavía viven y actúan con odio le permitan a Dios que penetre sus corazones , para qué el de odio pueda ser extirpado, aniquilado total y absolutamente. A lo mejor muchos estarán pensando que esto no es posible, pero claro la racionalidad que se utiliza en estos casos para desterrar al odio o mantenerlo como instrumento de venganza y retaliación hará que en muchos casos estos individuos se mantengan por mucho tiempo como odiadores, Ello puede explicarse por qué a Dios no se llega por la racionalidad sino por la fe y el corazón, y por la fuerza de esos argumentos es por lo que nosotros afirmemos junto con los especialistas que Dios nos hizo y nos creó sin nuestro consentimiento, pero no nos salvará sin nuestro consentimiento, es decir Dios al crearnos nos dotó de libre albedrío, libre arbitrio y posibilidad de escoger lo que queramos, no nos obligará a salvarnos, ello depende fundamentalmente de nosotros ¿Quieres aspirar a la vida eterna, quieres salvar tu alma, quieres vivir una vida terrenal feliz, prospera, alegre y llena de paz? Entonces destierra de tu corazón el odio y todo los sentimientos que se le parezcan, Dios te ayudará a fortalecer tu vida y a luchar contra las injusticias, calumnias y agresiones que puedas sufrir en el difícil camino para ser un buen cristiano. ¿Quién dijo que ser cristiano es fácil? ¿Quién dijo que por ser cristianos no padeceríamos y sufriríamos como Nuestro Señor Jesucristo? El ser cristiano implica tomar la cruz y seguir al Señor, ser cristiano significa asumir , como Cristo asumió los problemas de su tiempo , sólo que Jesús como hijo de Dios llevó un fardo más pesado que el saquito o pequeñín bulto que a nosotros nos ha tocado cargar -Los que tienen el valor y la responsabilidad de cargarlo- pues el cargó sobre sus espaldas todos los pecados de la humanidad y los clavó en una muerte de cruz , derramando su sangre redentora para pagar el precio por nuestros pecados y así hacernos dignos del reino de los cielos. Jesucristo perdonó a quienes lo crucificaron, por ello les manifestó a quienes le torturaban : “Perdónalos Padre porque no saben lo que hacen”, Si Él es el hijo de Dios y perdonó y no odió a sus enemigos, ¿Por qué nosotros no hacerlo? Como ha quedado escrito en el título de este artículo El odio genera sufrimientos innecesarios. Si tú eres un buen negociante , nunca odiaras y antes por el contrario: “Amarás al Señor tu Dios por encima de todas las cosas y al prójimo, como a ti mismo” , El recompensa el ciento por uno, por cada acción buena que tu realices, El Señor te recompensará como mínimo con cien veces mas la que tu ejecutaste, increíble, pero así es El Señor: bondadoso, misericordioso, justo y amoroso.

A propósito del perdón y de las agresiones que sufrimos en nuestro diario vivir, conviene parafrasear algunas líneas escritas por el presbítero ZEZINHO ( El Difícil Arte de ser Bueno ) :

"El hombre que dice que entre los amigos encontró perros y qué entre los perros encontró amigos, expresa una verdad, pero mentiria cruelmente si dijese que nunca tuvo un amigo humano. La gente buena también es herida y se decepciona con la injusticia de los otros, pero porque es buena lo olvida y lo supera. Quien no logra olvidar, pero tampoco se venga, es bueno, aún que lo domine una pasión más fuerte que su voluntad de perdonar. Sin embargo, aquel que no logra olvidar, ni quiere olvidar la ofensa y jura vengarse, puede hasta ser justiciero y tener la razón de su lado, pero le falta el corazón. Más tarde o más temprano cometerá una grave injusticia.

Quien nunca perdona a un culpable no conoce la misericordia. Y quien no conoce la misericordia tarde o temprano termina destruyendo a un inocente. "

Culminando el contenido este artículo, indefectiblemente he de transcribir dos pequeños extractos del Catecismo de la Santa Iglesia Católica, el primero de ellos es el siguiente:


2262 En el Sermón de la Montaña, el Señor recuerda el precepto: "No matarás" (Mt 5,21), y añade el rechazo absoluto de la ira, del odio y de la venganza. Más aún, Cristo exige a sus discípulos presentar la otra mejilla (cf Mt 5,22-39), amar a los enemigos (cf Mt 5,44). El mismo no se defendió y dijo a Pedro que guardase la espada en la vaina (cf Mt 26,52). El segundo de esos párrafos se reseña a continuación:

2303 El odio voluntario es contrario a la caridad. El odio al prójimo es pecado cuando el hombre le desea deliberadamente un mal. El odio al prójimo es un pecado grave cuando se le desea deliberadamente un daño grave. "Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial..." (Mt 5,44-45 )

Que Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Virgen Madre Maria les bendigan. Amén… y amén.-

martes, agosto 22, 2006

¿TITULADOS O PROFESIONALES UNIVERSITARIOS?

por Mervy Enrique González Fuenmayor

- Martes, 22 de agosto de 2006 -

La tarde-noche ha sorprendido a mi ciudad con un clima húmedo y semilluvioso, Maracaibo no se caracteriza precisamente por poseer condiciones ambientales como las que he señalado; ha sido un día sábado nostálgico, bucólico, cubierto con un cielo muy gris, como si todo lo que se moviese debajo de él llevase un fardo en sus espaldas o sobre su lomo. En fin este ambiente ha motivado el contenido del presente artículo. Los recuerdos llegan de modo súbito a mi memoria, golpeando cada una de mis neuronas, como tratando de expresar la inconformidad interna que el fuero de mi conciencia, a ratos, pretende gritar con un sonido tan acentuado y extremo que llenaría, colmando todos espacios, nuestra ciudad. Esta inusual introducción que con vuestra licencia me he permitido, es necesaria para poder explicar lo que viene sucediendo en el medio educativo en nuestro país desde hace varios años. Soy testigo de excepción de esta situación, primeramente por mi condición de universitario la cual no he perdido, pues desde que ingresé al Alma Máter Zuliana (La Universidad del Zulia -Maracaibo, Venezuela, América del Sur) hace casi cuarenta años, como estudiante del pregrado en la carrera del Derecho, y en mi condición actual de catedrático del pregrado y posgrado de esa muy ilustre universidad, con dos décadas preparando y formando los abogados del futuro así como los posgraduados en esa carrera.

Lo que me dispongo a plasmar en las líneas que a continuación impregnarán estas apreciaciones, podrían calificarse o señalarse como sorprendentes, insólitas o simplemente increíbles. Dejo el rodeo para referirme al grave problema que viene minando la educación venezolana, la cual se encuentra en un estado - Parafraseando el metalenguaje médico- de pronóstico reservado, ya que sus debilidades y carencias son en un cierto grado las causantes de la poca o casi inexistente calidad, aptitud, capacidad, competencia y profesionalidad de un gran número de seres humanos que aunque ostentando un título otorgado por cualquiera de nuestras universidades, no son confiables ni eficientes, ni productivos en la prestación de sus conocimientos o servicios para los cuales "estudiaron, se prepararon y hasta se graduaron", jurando inclusive prestar a la sociedad sus servicios, conocimientos, habilidades y destrezas con toda su capacidad, honorabilidad y solidaridad.

Esta afirmación es la resultante de un estudio comparativo entre los profesionales egresados hace algunos años y los que hoy reciben su título en las diversas universidades, sin importar la naturaleza pública o privada de estas. No obstante - Y es pertinente afirmarlo-, no debe generalizarse esta opinión por cuanto a pesar de la problemática señalada, todavía podemos encontrar profesionales jóvenes o recién egresados con una capacidad, competencia, habilidad, destreza y conocimientos extraordinarios; desafortunadamente no constituye el sector mayoritario de ese mundo de los que algunos de manera esnobista llaman "producto universitario o producto académico". Como dirían algunos otros, desacertadamente estos últimos constituyen la excepción, y su distinción o relevancia dentro del mundo de la profesionalidad, se debe en la mayor parte de los casos, a su deseo ferviente e intenso de estudiar, capacitarse para lograr coronar con éxito su actividad, sirviendo a la sociedad con el patrocinio de un conocimiento actualizado, profundo y con miras futuristas, metas para las cuales, si deseamos ser sinceros, no preparó la universidad, o su bachillerato o los estudios primarios. En vez de ello, ha estado presente eso que en algunos seres humanos se llama preocupación e interés por el conocimiento y estudio de aquello que de alguna manera pueda contribuir a mejorar las condiciones del mundo, de la comunidad y de la sociedad en la que les ha tocado vivir y en la que vivirán sus descendientes. Se trata de individuos que tienen una apreciación del mundo y de la vida global, son personas que verdaderamente buscan en el conocimiento y la verdad dondequiera que éstos estén para colocarlos al servicio de un mejor mundo, de una mejor sociedad, de una mejor comunidad y en definitiva, en pos del bienestar y el progreso de la humanidad.

A efectuar estas aseveraciones, tengo la certeza de que ya algunos de los lectores de estos artículos podrán haber fijado posición respecto de mi persona y tal vez calificarme como anti-universitario o enemigo del sistema educativo venezolano, de sus estudiantes, del conglomerado profesoral o quizás adversario de las instituciones educacionales, universitarias o de cualquiera institución en las cual se imparta conocimiento sea cual fuere su especie. Esto desde luego no es cierto, toda mi vida la he dedicado a la búsqueda de la verdad, el conocimiento, la lucha por la justicia social y a compartir con el prójimo lo poco o lo mucho que la vida me ha enseñado, y en ella incluyo las enseñanzas formales de las instituciones educativas en las que he tenido la oportunidad de obtener algún tipo de conocimiento y consecuencialmente el otorgamiento de los títulos que me acreditan como "profesional universitario".

TITULADOS Y/O PROFESIONALES UNIVERSITARIOS: PRECISIONES CONCEPTUALES.

Para que pueda entenderse claramente mi posición y como método que he seguido por siempre cuando de escribir se trata, de pertinencia es, precisar algunos conceptos y definiciones que permitirán diferenciar las voces "titulado" y "profesional universitario". En ese sentido colacionemos el significado de los siguientes vocablos:

Titulado, da. (Del part. de titular2). m. y f. Persona que posee un título académico. || 2. título (ǁ persona que posee una dignidad nobiliaria). □ V. doctor ~.

(…)

Título. (Del lat. titŭlus). m. Palabra o frase con que se da a conocer el nombre o asunto de una obra o de cada una de las partes o divisiones de un escrito. || 2. Renombre o distintivo con que se conoce a alguien por sus cualidades o sus acciones. || 3. Causa, razón, motivo o pretexto. || 4. Documento jurídico en el que se otorga un derecho o se establece una obligación. || 5. Testimonio o instrumento dado para ejercer un empleo, dignidad o profesión. || 6. Dignidad nobiliaria, como la de conde, marqués o duque. || 7. Persona que posee esta dignidad nobiliaria. || 8. Cada una de las partes principales en que suelen dividirse las leyes, reglamentos, etc., o subdividirse los libros de que constan. || 9. Documento financiero que representa deuda pública o valor comercial. || 10. Quím. Valoración cuantitativa de una disolución. || 11. p. us. Rótulo con que se indica el contenido o destino de algo o la dirección de un envío. || ~ al portador. m. El que no es nominativo, sino pagadero a quien lo lleva o exhibe. || ~ colorado. m. Der. El que tiene apariencia de justicia o de buena fe, pero no es suficiente para transferir por sí solo la propiedad. || 2. En derecho canónico, el que tiene apariencias de válido, pero adolece de un vicio oculto que lo hace nulo. || ~ del reino. m. título (ǁ dignidad nobiliaria). || 2. título (ǁ persona que posee una dignidad nobiliaria). || ~ ejecutivo. m. Der. Documento público o privado dotado de fuerza ejecutiva. || ~ lucrativo. m. Der. El que proviene de un acto de liberalidad, como la donación o el legado, sin conmutación recíproca. || ~ oneroso. m. Der. El que supone recíprocas prestaciones entre los que adquieren y transmiten. || ~s de crédito. m. pl. Cinem. y TV. créditos (ǁ relación de personas que han intervenido en una película). || justo ~. m. Der. El que legalmente basta para la adquisición del derecho transmitido. || a ~ de. loc. prepos. Con pretexto, motivo o causa de. □ V. obispo de ~”.

El significado de las voces: titulo y titulado transcrito, nos enseña a que no debemos confundir la exhibición de un título con la capacidad efectiva y real de su ejercicio o la praxis de la actividad que tal título certifica. Se puede tener el título de médico y sin embargo no ejercer la medicina de manera competente o de manera profesional, de la misma manera se puede obtener un título de ingeniero y nunca haber diseñado o construido alguna edificación con éxito, y así pudiéramos seguir colocando ejemplos hasta el infinito. Para determinar la diferencia entre el titulado y el profesional universitario observemos lo que el alcance de este último aporta:

“Profesional. adj. Perteneciente o relativo a la profesión. || 2. Dicho de una persona: Que ejerce una profesión. U. t. c. s. || 3. Dicho de una persona: Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive. Es un relojero profesional. U. t. c. s. Es un profesional del sablazo. || 4. Hecho por profesionales y no por aficionados. Fútbol profesional. || 5. com. Persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación. □ V. deformación ~, enfermedad ~, secreto ~, sigilo ~.

(…)

Profesionalizar. tr. Dar carácter de profesión a una actividad. || 2. Convertir a un aficionado en profesional (ǁ persona que ejerce una profesión). U. t. c. prnl.

(…)

Profesionalidad. f. Cualidad de la persona u organismo que ejerce su actividad con relevante capacidad y aplicación. || 2. Actividad que se ejerce como una profesión.

(…)

Profesión. (Del lat. professĭo, -ōnis). f. Acción y efecto de profesar. || 2. Ceremonia eclesiástica en que alguien profesa en una orden religiosa. || 3. Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución. || hacer ~ de una costumbre o habilidad. fr. Jactarse de ella.

(…)

Profesionalmente. adv. m. De un modo o desde un punto de vista profesional. A los 17 años empezó a jugar profesionalmente al tenis.

(…)

Profesionalismo. m. Cultivo o utilización de ciertas disciplinas, artes o deportes, como medio de lucro”.

Los términos cuya significación se ha reproducido en los párrafos anteriores, demuestran de manera fehaciente que no es lo mismo ser titulado que profesional universitario. El título certifica que la persona que lo exhibe o lo posea, está apto para el ejercicio de la actividad a la que se refiere o involucra ese título, pero es la realidad o la práctica la que en definitiva determinará si ese título es congruente con el ejercicio de estas últimas. Por el contrario el carácter de profesional universitario de una actividad lo da específicamente su práctica habitual y además caracterizada por la relevancia, capacidad y aplicación de quien ejecuta esa actividad, es decir que el profesional universitario posee no sólo el título con el cual ejerce una labor, sino que además la ejerce con capacidad, relevancia y aplicación. De allí que la generalidad confunda al titulado con el profesional universitario, y esta confusión es la que se genera en nuestro país, dado el caso de que el titulado no garantiza eficiencia, capacidad y competencia en la prestación de servicios que ejecuta. En cambio el profesional universitario, como ya ha quedado escrito, se caracteriza fundamentalmente por poseer estas habilidades y conocimientos los cuales son garantía de una prestación del servicio útil, eficiente, de extrema calidad y por ende de gran beneficio para la comunidad.

La realidad venezolana considerada en el aspecto educativo y del desempeño de los egresados universitarios, plantean situaciones que son realmente lamentables. Esto es un secreto sotto voce, "es una verdad que aunque sabida se calla y por callada se olvida". Esta afirmación no me convierte en juez, ni mucho menos en sentenciador sin derecho a la defensa, ni abogado defensor, ni fiscal, ni jurado de la educación venezolana y de los egresados de nuestras casas superiores de estudio. Esta no es mi función, sin embargo sería cómplice e irresponsable de mi parte no señalar las vicisitudes, carencias, omisiones, dificultades, problemas y la coexistencia de diversidad de factores que han generado una problemática tan grande y tan grave que amenaza con la vigencia de los más elementales y supremos valores relativos a la moral, la ética, la justicia, el bien común y la finalidad de nuestras instituciones educativas. Puede afirmarse también sin temor a equívocos que el modelo educativo venezolano ha venido degradándose desde hace algunos años, al punto de que en las aulas universitarias, que son el medio en el cual desarrollo gran parte de mi actividad como catedrático, se puede apreciar una diversidad de problemáticas que parten desde un analfabetismo funcional generalizado en los bachilleres que ingresan a la educación superior, pasando por la ignorancia de conocimientos elementales para poder permanecer en aquellas aulas, hasta el extremo de localizar o encontrarse con titulados que han culminado una carrera y sin embargo no están preparados cognitivamente para ejercerla.

En caso de un sector considerable de los estudiantes de las escuelas de Derecho de nuestras universidades, y en ese listín incluyó igualmente a los cursantes posgraduados, bien se trate de alumnos de la especialidad, maestría o doctorado, en ellos también está presente el fenómeno señalado y lo que es peor a veces con la complicidad de los actores intervinientes en el acto educativo, quienes ignorando el papel fundamental del docente universitario - Como suelen llamarlo ahora- hacen mutis o simplemente no diseñan los correctivos pertinentes para impedir que tal situación se siga produciendo, y en este caso no vale argüir la circunstancia de no estar ocupando cargos administrativos o señalar que no se tiene relación alguna ni con el currículo ni con el organismo encargado de diseñar los contenidos programáticos de cada cátedra, ni tampoco los sistemas de evaluación y selección para el ingreso a la carrera universitaria. Todos estos argumentos se caen por su propio peso, toda vez que los docentes y profesores, sea cual fuere el nivel en el cual enseñan: sea en los estudios elementales o primarios, secundarios, universitarios en el pre o postgrado, están obligados ineluctablemente al cumplimiento de los deberes de fortalecer, enriquecer y mejorar el sistema educativo, su estructura, sus valores, su eficiencia, su productividad y la calidad del profesional que surja de sus aulas, de otra manera el futuro de nuestra educación ¿Y por qué no? de la sociedad estará condenado al fracaso.

A los razonamientos anteriores cabe agregar el papel que juegan las instituciones educativas en las cuales se forman nuestros niños y adolescentes. Se dice que la familia es la célula fundamental de la sociedad y que la escuela es una especie de puente entre la familia y la sociedad, y en ese sentido debe destacarse la importancia que en la primera poseen los padres y en la segunda los maestros y profesores. En ese itinerario llegarán estos niños a ser adolescentes, para discurrir su juventud en las aulas universitarias en las que se formarán - Teóricamente hablando- como profesionales universitarios, pues ya ha se ha visto que en la generalidad de los casos, los egresados son titulados y no precisamente profesionales universitarios. Para ilustrar y fortalecer este diagnóstico es de prudencia, centrar nuestra atención en los párrafos que de seguidas transcribiremos y que hemos tomado de la obra intitulada “VALORES DE CADA DIA” cuyo autor es el Presbítero CIRIACO IZQUIERDO, (ESPECIALISTA EN TEMAS DE LA JUVENTUD Y AUTOR ADEMÀS DE MUCHAS OTRA OBRAS DE IGUAL ORIENTACIÒN) editado en Caracas-Venezuela por Ediciones Paulinas. Año 2003. Expresemos con ese autor lo siguiente:

LA ESCUELA, CENTRO DE ENCUENTRO

La escuela ha sido como el puente entre la familia y la sociedad, así es en éste marco social donde se integran los jóvenes para ir madurando a través de los procesos de comunicación y entendimiento de los sujetos, en la consecución de fines comunes que se materializan en estructuras que conllevan valores "objetivos", de modo que las tradiciones culturales relevantes para la integración social, puedan llegar a perpetuarse como sistemas de participación social orientados según los valores.

La escuela es el espacio social que sigue a la experiencia familiar; se puede decir que se trata del primer escenario de carácter general en el que el niño, y luego el joven, va a aprender a ser sujeto de la vida social. Es evidente que el sistema escolar tiene una incidencia decisiva en la formación de una sociedad solidaria más allá de las políticas distributivas. La crisis de la educación, cuando se entiende desde la perspectiva utilitaria de acopio de conocimientos técnicos, es evidente. El difícil consenso social sobre los estilos de educación y el necesario pluralismo que tiende a evitar la monopolización de la enseñanza por parte de cualquier instancia social, ha llevado a considerar que era necesario prevenir a los Estados de una intrusión autoritaria en los sistemas educativos. (Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas)”.

Por otra parte el autor continúa expresando:

La Escuela es una institución social que funciona como un medio ambiente donde se desarrolla el individuo, que a su vez refleja la cultura de la que forma parte y transmite a los jóvenes que están en ellas "un determinado modo de ver el mundo", allí se captan una serie de valores que influyen en la conducta: a) el sentido del yo, b) sentimiento de la propia competencia, c) la imagen sobre las posibilidades de los varones y mujeres, d) las relaciones con otras personas, e) la visión de la justicia y f) la moralidad y el conocimiento de que el sistema social va más allá de las funciones de la familia.

La escuela es importante para el desarrollo social porque afecta a los tipos de paradigmas sociales que la persona aprende: la relación que la persona establece con la institución escolar, contribuye en la valoración que la persona realiza sobre sus logros personales, su habilidad de relación con los demás y su participación en el propio proceso educativo, así como el reconocimiento del logro personal por los demás profesores y compañeros. Es importante pues, que tanto los elementos como las personas que configuran el margen escolar del joven, faciliten su desarrollo armónico”.

En cuanto a nuestra opinión acerca del resultado de las investigaciones del Padre Ciriaco Izquierdo, manifestamos nuestra coincidencia con sus planteamientos. Esas situaciones que arrojan sus investigaciones son extremadamente ciertas, particularmente en el proceso educativo venezolano, cualquiera que sean sus niveles, bien desde la educación primaria hasta la universitaria y posuniversitaria. Es fácil localizar en nuestras aulas alumnos con las carencias que sugieren los criterios expresados por Izquierdo, sobretodo si partimos de una escala de valores degradada, distorsionada y errática predominante hoy en la estructura familiar, tal vez debido al proceso de transculturación de sociedades en las cuales lo más importante es el lucro, el bienestar y la prosperidad, las cuales hay que alcanzar sin importar el medio que se utilice o la actitud honesta o no, proba o no, ética o no, justa o no, socialmente aceptable o no, en otras palabras el éxito, entre comillas, es el telos o finalidad de un individuo y de la sociedad de la cual forma parte y aquel debe conseguirse a como dé lugar sin ninguna otra consideración que no sea su logro. Por ello es comprensible que el egresado universitario de hoy, en un sector porcentualmente alto, presente una deficiente formación que lo inhabilita para el ejercicio profesional competente, capaz, actitudinalmente ético, justo y signado por la eficiencia. La problemática no se reduce única y exclusivamente al estudiante o al sistema educativo cargado de omisiones, carencias, políticas gubernamentales erradas , modelos que poseen éxito en otros países y sociedades, pero no en la nuestra, debido a que cada modelo educacional responde o se fundamenta en valores que son propios de la sociedad en la cual rige, de su tradición cultural, de sus costumbres, del perfil de los individuos que la componen, de sus creencias, de sus prioridades, del medio ambiente y de una diversidad de factores que hacen de ese modelo el más idóneo para un tipo de sociedad determinado. El grave problema de nuestro país, ha sido precisamente la importación de modelos que de ninguna manera representan o responden a la idiosincracia del venezolano o del latinoamericano. En nuestros países contamos con una escala de valores que si bien coinciden con la generalidad de los que rigen otros países sean desarrollados o no, pero que también guardan diferencias abismales con estos últimos. La razón o razones pueden ser de diversa naturaleza: desde nuestra ancestralidad indiana, pasando por nuestro mestizaje y concluyendo en una sociedad que es una mixtura, al combinar una estructura económica ruralizada con otra tecnológica y avanzada, y para colmo alienada con aquellos valores de ascenso social rápido, éxito con el menor esfuerzo (Éxito malentendido, pues se le toma como sinónimo de bienes materiales o la posesión de grandes fortunas o patrimonios económicos). No obstante quiero dejar claro y perfectamente establecido que ni soy comunista, ni ateo, ni marxista ni mucho menos socialista, lo que ocurre es que estos fenómenos se producen en todas las sociedades incluyendo estas últimas, por ello no sería científico hacer tabla rasa de los factores que juegan un papel preponderante en una sociedad para impulsarla hacia el desarrollo o mantenerla en la oscuridad mediante el ejercicio de un poder autocrático, totalitario y dictatorial.

Pero la problemática debe tomar en cuenta también además de la escuela y sus estudiantes, al docente o profesor como elemento o factor integrante del proceso de enseñanza-aprendizaje y del resultado positivo o no del mismo. A tales efectos Ciriaco Izquierdo apunta lo siguiente:

“También el profesor ocupa un lugar central en todo el planteamiento, dado que es quien fija la estructura de la clase cooperativa, competitiva o individualista. De sus actitudes y refuerzos dependen el rendimiento, la autoestima y la salud psicosociológica de sus alumnos y desde su acción tutorial se posibilita la participación y eficacia de los padres. El sistema educativo influye decisivamente en la calidad de las relaciones sociales y sus valores. Por ello, su papel en la configuración de una sociedad justa no puede ser cumplido bajo la presión de intereses políticos, ideológicos o partidistas. En suma el problema educativo no es sólo un problema social, sino raíz y fuente de otros muchos problemas de justicia e integración social. Si la institución educativa se configura como factor esencial de socialización y clave fundamental para el desarrollo de una sociedad pluralista integrada y justa, las instituciones políticas, culturales, sanitarias, etc. presentan también una muy especial relevancia al respecto. Los profesores, educadores, padres de familia, adolescentes y lectores de este artículo deben comprender que se debe propender a la formación integral del hombre dentro de una concepción del humanismo cristiano. En consecuencia se sugiere que cada uno de nosotros pueda ser su propio termómetro para evaluar con precisión su estado actual en materia de valores, no sólo en el conocimiento ¿QUÉ ES? Sino también del ¿PARA QUE?

EDUCAR PARA LA VIDA

Educar para la vida, es una de las tareas fundamentales hoy , pero no la contemplamos al considerar a la sociedad como el enemigo a abatir en las grandes lides; no debemos considerar a la sociedad como un ente de disputas, de victorias o frustraciones, sino donde la realización personal redunda en el bien colectivo; siempre es preferible afirmar que “para triunfar en la vida lo esencial es saber florecer donde Dios le plante a cada uno” , de otro modo el triunfo en la vida quedaría empobrecido, sobre todo cuando se reduce simplemente a una victoria material por qué todo ello son logros efímeros para el realce de la condición humana y como tales permanecen como lo que es: materia. Estas adquisiciones por desgracia no modifican el ser sino que se reducen al tener.

El hombre se hace persona cuando sabe ser un individuo social, cuando sabe desenvolverse “dentro del ambiente de sus iguales y de los que no lo son”. La socialización [Entendiendo por socializar << promover las condiciones sociales que, independientemente de las relaciones con el Estado, favorezcan en los seres humanos el desarrollo integral de su persona >>.] eficaz y edificante sólo es posible a través de la educación, es decir, a través de la formación integral que permita al joven vivir una auténtica vida social. El hombre se convierte en persona cuando vale, cuando es capaz de dar a los demás lo mejor de sí mismo, por ello, ha quedado claro y determinado una escala de actitudes que sólo a través de la educación pueden alcanzarse y que sin su concurso sería una misión casi imposible .

La génesis personal de los valores brota primariamente en el seno de la familia. La personalidad se construye a través de una experiencia interior inscrita en el entorno familiar, que transmite al individuo todo un sistema cultural impregnado de valores. En virtud de la comunicación con los padres, el niño descubre las normas y reglas vigentes en las relaciones sociales y el mundo de valores que aquéllas conllevan. Así va configurando paulatinamente, no sólo un mundo de experiencias, sentimientos y emociones, sino también los rasgos de su propia personalidad, por ende los valores constituyen los caminos por los que puede transitar su comunicación y su acción de forma inteligente y armónica.

Los valores no son un producto de la circunstancia de la comunicación, pero sí se hallan asociados a ella. En el proceso de formación de la personalidad los valores son aquellos ejes que forman parte de la configuración interior y definen la orientación general de los comportamientos, y es sabido que la formación de la persona humana se haya ligada a la participación de los "otros relevantes" sobre cuyo modelo y exigencias se constituye la propia personalidad y sus valores.

Hay como una ceguera positiva, que crea y elabora el propio individuo en su empeño de escapar a sus propias exigencias y recluirse en el área de lo utilitario, esa represión y esa indiferencia contemplativa desemboca en formas de fariseísmo e incluso de deformación de los bienes y de los valores. De ahí que la crisis de solidaridad de nuestro tiempo se halle recubierta de discursos de honradez y solidaridad.

Todos estos valores asumidos y vivenciados que configuran la dignidad, reconocidos por todos, dan apoyo y fundamento a un diálogo universal, a un entendimiento generalizado que harán posible la paz, la solidaridad y la tolerancia entre todos los hombres y entre todos los pueblos, así: "La medida de una sociedad viene dada por los valores que cultiva, por los ideales para los que vive o por los fines a los que tiende. Estos valores configurantes de un pueblo, de una cultura, necesitan encontrar vías de explicación para mantener su identidad y consistencia. No puede sostenerse una sociedad del tipo que sea sin alguna forma de reconocimiento público de sus valores".

(…)

“Si los cristianos vivieran como redimidos sería más fácil creer en el redentor”. En esta altura frase de Nietzsche están resumidas todas las exigencias que se le presentan a los cristianos para una total identificación con Cristo y una total renovación de los valores en la familia y en la sociedad: vivir verdaderamente como resucitados.

Como en torno al cristianismo se han creado tantas "historias" (ideológicas, sociales, políticas) siempre podemos caer en el riesgo consciente o inconsciente de pensar que la fe evangélica es un montaje, traído por Jesús. Y sin embargo la renovación que Él trae supone un vuelco tan grande, que el cristianismo debería ser algo muy distinto de un montaje “instalado y prefabricado" porque Jesús nos trajo una corriente del vida, fraternidad y esperanza.

El progreso técnico no da necesariamente la paz y la felicidad. Han fallado las estructuras del espíritu y el mundo de la fe en los destinos del hombre. El hecho está ahí bien señalado. “Creo que la angustia, - decía Halperin- es lo característico del siglo veinte. La filosofía da no es capaz de dar a los hombres la esperanza, una respuesta al sentido de la vida. Es necesario ir más arriba, a la teología, a la revelación, que no fue otra cosa si no Cristo mismo manifestado, revelado en su renovación espiritual", la cual continúa siendo la tarea fundamental de nuestra época y que no se puede realizar sino a partir de las fuerzas espirituales del cristianismo.

Funciones que pueden desempeñar los valores:

a. Los valores son patrones que sirven para guiar la vida de los hombres.

b. Orientan la actividad humana en las situaciones concretas de la vida.

c. Mediatizan de la percepción que nos formamos de los demás y de nosotros mismos. Sirven de base para juzgar a los demás.

d. El sistema de valores un plan general de apoyo y ayuda para evaluar, resolver conflictos y tomar decisiones.

e. Sirven para mantener y exaltar la autoestima.

f. Son metas ideales que trascienden a las situaciones.

g. Son patrones normativos y determinantes de actitudes y conductas.

h. El mundo de los valores constituye la puerta de entrada del mundo de la trascendencia.

I. El sentido trascendente de los valores fundamenta la fraternidad y solidaridad humana.

j. El valor siempre se refiere al ser humano, pero el valor moral trasciende a su portador.

Los valores morales y sociales

La familia, en primer lugar realiza la socialización sobre todo a niveles afectivos y como tal está expuesta a la permisión de "conductas desviantes" y a la fijación de comportamientos y criterios. La escuela permite la socialización secundaria, con mayores niveles de racionalización de comportamientos. Ambas se necesitan y requieren el lugar donde poner en común las expectativas de conducta, así como donde intercambiar criterios que aseguran la coherencia y continuidad de los procesos educativos: criterios de madurez, morales, sobre conflictos generacionales, sobre vida cristiana, etc.

La salud moral se cultiva de forma adecuada en el ámbito de costumbres personales y de virtudes eminentemente cristianas, con la delicadeza social y colectiva. Se expresa por el ambiente efectivamente sano que se respira en el seno familiar, por la alegría frecuente alentada desde el interior, y por la cordialidad con que se establecen ideales comunes.

La familia es la única plataforma educativa que puede garantizar la formación integral de la persona, no sólo en los primeros años de vida en los que la dependencia es absoluta por parte de los hijos, sino en los años posteriores, incluso cuando el hijo crece socialmente y se vincula de alguna forma a los padres, son ellos quienes instruyen con su testimonio, con su palabra, con su consejo oportuno y desinteresado.

Por eso, una familia que intente manifestarse agnóstica o indiferente ante los principios morales, ante las actitudes religiosas, ante la proyección espiritual y sobrenatural de la persona, es una familia es educativamente mutilada. También aquí la neutralidad quiérase o no, es una toma de postura con efectos impredecibles pero inevitables. Lo valores espirituales no se improvisan, sino que son fruto paciente del prolongado trabajo de la sensibilidad, de la auténtica fe. Ellos proceden más de la vida que de la inteligencia, más del interior que de la previsión lógica. Esta información espiritual escapa del mismo marco estrecho del tradicionalismo rutinario y conduce a sentimientos de mayor compromiso, a relaciones de profunda solidaridad social, a más sensibilidad espiritual y social, a mejor disposición ante los actos de culto, ante las normas éticas o ante los servicios sociales.

Actitudes para comenzar la práctica del bien

Contra el frío del egoísmo, el fuego de la caridad.

Contra el frío de la codicia, el fuego de la generosidad.

Contra el frío de la indiferencia, el fuego de la solidaridad.

Contra el frío del rechazo, el fuego de la acogida.

Contra el frío de la soledad, el fuego de la cercanía.

Contra el frío de la duda, el fuego de la vera la.

Contra el frío del desencanto, el fuego de la ilusión.

Contra el frío del hombre, el fuego de Dios.

Ya el lector habrá podido comprender la posición del autor de las presentes reflexiones vinculadas con la educación superior y los títulos que expiden estas máximas casas de estudio. Creo que el conocimiento no lo es todo y que el mismo si no se funda o se afinca en los valores morales, éticos y religiosos de una sociedad y una familia, no puede generar individuos capaces y aptos para la lucha a favor de la justicia y en contra de la pobreza, la corrupción, el abuso de poder, la inseguridad, la carencia de servicios públicos, el bien común y en general universitarios preparados para impedir las transgresiones que ocurren con frecuencia exponencial en la sociedad, en la familia, y en la comunidad internacional. Por ello afirmo que nuestro país debe necesariamente pasar por un proceso de transformación no solamente de su sistema educativo si no de todas las instituciones para que de esta manera podamos enrumbarnos definitivamente hacia el camino del desarrollo económico, social, político, ético y religiosos. Amén.-

viernes, agosto 18, 2006

¿ASPIRANTES A SER DIOS O CRÍTICOS DESHONESTOS?

Por Mervy Enrique González Fuenmayor

- Miércoles dieciséis de agosto de dos mil seis -

Me coloco frente al monitor de mi computadora aproximadamente a las nueve de la noche del día miércoles 16 de agosto de 2006, para tratar de materializar en la escritura un conjunto de apreciaciones, reflexiones y puntos de vista, que me ha generado la lectura del evangelio correspondiente a esta fecha, relativo al evangelio según san Mateo en su capítulo 18 versos 15 al 20. Después de haber hecho oración, y haber meditado esa palabra de Dios, emergieron diversidad de interrogantes y un examen no solamente particular de cómo me conduzco con mi prójimo, en mi entorno, dentro de la sociedad y en las diversas ocupaciones que desempeño. Ello me llevó, a mirar también los patrones conductuales de mi generación, de la pasada, de la generación del presente, así como los valores contenidos o en las que se inspiran tales conductas. Después de pensar y analizar detenidamente estas situaciones, extraje coincidencias, similitudes y afinidades que pudieran considerarse como un mínimo común denominador que caracteriza la conducta en general de nosotros los seres humanos, y que el lector cuando termine de leer este artículo, seguramente se llevará algunas sorpresas como yo mismo las he encontrado. Y es que la naturaleza humana es muy compleja y tan sólo por ser criaturas de Dios dotadas de libre albedrío, ya constituye una dificultad para entender en su justa e infinita dimensión a los seres humanos. Para permitir una mayor comprensión del núcleo central de este artículo, con vuestra licencia transcribo a continuación el extracto de la palabra de Dios señalada anteriormente:

<< Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. SI les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano. >>

<< Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra, quedará desatado en el cielo. >>

<< Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. >>

Ciertamente que la palabra de Dios contenida en ese evangelio nos permite multiplicar potencialmente el mensaje que el Señor nos anuncia desde ese texto tan hermoso. Desafortunadamente en la vida cotidiana pareciera que no tomáramos en cuenta la verdades contenidas en ese libro tan importante para nuestras vidas como lo es la Biblia, en ella encontramos el pasado, el presente y el futuro del ciclo existencial. Antes de dedicarnos al examen del texto pre aludido, y siempre con la permisividad vuestra, trataré de establecer las precisiones pertinentes con el propósito de mantener la coherencia y logicidad del contenido de las presentes reflexiones y de la finalidad que persiguen.

Primeramente es de suyo apuntar lo que traduce el vocablo Dios, para ello nos auxiliaremos de los siguientes textos: el diccionario de la real academia española le da significado conforme a la siguiente transcripción:

Dios. (Del lat. deus). m. Ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo. ORTOGR. Escr. con may. inicial. || 2. Deidad a que dan o han dado culto las diversas religiones. || Dios Chico. m. Ceremonia subsiguiente a la procesión del Dios Grande para llevar sin solemnidad la comunión a los enfermos que no pudieron recibirla entonces. || Dios Grande. m. coloq. En Madrid, procesión solemne que en las domínicas después de Pascua de Resurrección salía de cada parroquia para administrar la comunión a los enfermos. || Dios Padre. m. Rel. Padre (ǁ primera persona de la Santísima Trinidad). || a Dios. loc. interj. adiós (ǁ para despedirse). || 2. adiós (ǁ para denotar no ser ya posible evitar un daño). || 3. adiós (ǁ para expresar decepción). || a Dios y a dicha, o a Dios y a ventura. locs. advs. Inciertamente, sin esperanza ni seguridad de feliz éxito en lo que se emprende. || alabado sea Dios. expr. U. como salutación al entrar en alguna parte. || 2. bendito sea Dios. || a la buena de Dios. loc. adv. Sin preparación, al azar. || 2. coloq. Sin artificio ni malicia. || a la de Dios, o a la de Dios es Cristo, o a lo de Dios. locs. advs. coloqs. Dicho de obrar o de emprender un asunto: Sin consideración. || amanecerá Dios, y medraremos. expr. coloq. U. para diferir a otro día la resolución o ejecución de algo. || 2. coloq. U. para indicar que el tiempo puede cambiar favorablemente las cosas. || amanecer Dios. fr. coloq. amanecer (ǁ empezar a aparecer la luz del día). || anda con Dios. expr. U. para despedir a alguien. || 2. vaya por Dios. || aquí de Dios. loc. interj. U. para pedir a Dios ayuda, o poniéndole por testigo. || así Dios me salve. expr. U. como juramento. || así Dios te dé la gloria, o te guarde. exprs. U. como deprecación para juntarse a la petición o súplica de algo. Así Dios te dé la gloria, que me socorras con una limosna. Así Dios te guarde, que me favorezcas en esto. || ay Dios. loc. interj. U. para expresar dolor, susto, lástima, etc. || bendecir Dios a alguien. fr. Prosperarle, hacerle feliz. Dios te bendiga. || bendito sea Dios. loc. interj. U. para denotar enfado, y también conformidad en un contratiempo. || cada uno es como Dios le ha hecho. expr. coloq. U. para explicar y disculpar las genialidades de carácter de cada uno. || clamar a Dios. fr. Afligirse, desesperarse. || 2. Dicho de una cosa: Resultar mal hecha o contra ley y justicia. Eso clama a Dios. || como Dios es mi Padre. expr. como hay Dios. || como Dios es servido. loc. adv. Dicho de suceder algo: Con poca satisfacción nuestra. || como Dios está en los cielos. expr. como hay Dios. || como Dios da a entender a alguien. loc. adv. coloq. Como buenamente se puede, venciendo de cualquier modo las dificultades que para hacer algo se presentan. || como Dios sea servido. loc. adv. Si Dios quiere y lo permite. || como hay Dios. expr. U. como fórmula de juramento para afirmar o negar algo. || con Dios. (De [quedad , o queden] con Dios). expr. U. para despedirse. || creer alguien en Dios a macha martillo, o a puño cerrado. frs. coloqs. No querer entrar en disputas de religión, preciándose de buen católico. || dar a Dios a alguien. fr. Administrarle el viático. || darse a Dios y a los santos. fr. coloq. Incomodarse, afligirse con exceso. || de Dios. loc. adv. coloq. Copiosamente, con gran abundancia. Llueve de Dios. Se ha cogido trigo de Dios. || de Dios, el medio. expr. U. para exagerar la propensión que alguien tiene a hurtar. Hurtar de Dios, el medio. || de Dios en ayuso. loc. adv. ant. De Dios abajo. || de Dios venga el remedio. expr. U. para expresar la imposibilidad humana de remediar un daño. || dejar Dios de su mano a alguien. fr. Proceder tan desarregladamente que parezca que Dios le ha abandonado. || dejarlo a Dios. fr. Fiar a la Divina Providencia el éxito de un negocio o el desagravio de una injuria. || delante de Dios y de todo el mundo. loc. adv. coloq. Con la mayor publicidad. || de menos nos hizo Dios. expr. U. para explicar la esperanza que se tiene de conseguir lo que se intenta, aunque parezca desproporcionado. || descreer de Dios. fr. Renegar de Dios. || después de Dios, la olla. expr. coloq. U. para explicar que en lo temporal no hay nada mejor que tener qué comer. || digan, que de Dios dijeron. expr. coloq. U. para despreciar la murmuración o los dichos ajenos. || Dios. interj. U. para expresar admiración, asombro u horror. || Dios amanezca a usted con bien. expr. coloq. U. para manifestar a alguien el deseo que se tiene de que llegue con felicidad al día siguiente. || Dios da ciento por uno. expr. U. para indicar que los actos de caridad siempre alcanzan gran recompensa para quien los practica. || Dios dará. expr. U. para animar nuestra confianza para socorrer liberalmente las necesidades del prójimo. || Dios dé el remedio. expr. de Dios venga el remedio. || Dios delante. loc. adv. coloq. Con la ayuda de Dios. || 2. expr. Sea lo que Dios quisiere. || Dios dijo lo que será. expr. U. para explicar la duda del cumplimiento o certeza de lo que se promete o asevera. || Dios dirá. expr. U. para remitir a la voluntad de Dios el éxito de lo que nos prometemos. || Dios es Dios. expr. Unida a otras expresiones, indica que alguien se mantiene con terquedad en su opinión sin ceder a la razón. Dios es Dios, que ha de ser esto. || Dios es grande. expr. U. para consolarse en una desdicha recurriendo al gran poder de Dios, de quien se espera que la remedie. || Dios lo oiga, y el pecado sea sordo. expr. coloq. U. para expresar el deseo de que suceda bien lo que se intenta. || Dios mantenga. expr. U. como saludo rústico y considerada como descortés cuando era dirigida a superiores. || Dios mediante. expr. Queriendo Dios. || Dios me entiende. expr. U. para denotar que lo que se dice no va fuera de razón, aunque no se pueda explicar por algún motivo o respeto, y por eso parezca despropósito. || Dios me haga bien con esto o aquello. expr. U. para dar a entender a alguien que está contento con lo que tiene, y que no quiere o apetece otra cosa. || Dios mejorará sus horas. expr. U. para dar esperanza en la adversidad. || Dios me perdone, pero... expr. coloq. U. al ir a emitir un juicio desfavorable o temerario. || Dios mío. loc. interj. U. para significar admiración, extrañeza, dolor o sobresalto. || Dios nos asista, o nos la depare buena, o nos coja confesados, o nos tenga de su mano. exprs. U. para indicar el deseo de la intervención divina para evitar un mal inminente y, al parecer, inevitable. || Dios sabe. expr. U. para indicar que algo cae fuera de nuestro saber, sea para encarecerlo, sea para darlo como dudoso. Dios sabe lo que me cuesta. Dios sabe dónde estará. || Dios sobre todo. expr. U. cuando se duda del resultado de algo. || Dios te ayude. expr. U. para saludar a alguien cuando estornuda. || Dios te la depare buena. expr. coloq. U. para dar a entender la duda o recelo que se tiene de que no salga bien lo que se intenta. || 2. coloq. U. para expresar la contingencia que tiene algo cuando se emprende sin probabilidad de lograrlo. || Dios ve las trampas. expr. coloq. U. para explicar la esperanza de que Dios castigará al que se presume ha obrado con engaño, haciendo que este se vuelva contra él. || Dios y ayuda. loc. sust. coloq. Sumo esfuerzo que es necesario para lograr algún propósito. Vas a necesitar Dios y ayuda para resolverlo. U. t. c. loc. adv. || donde Dios es servido. loc. adv. En un lugar o sitio indefinido o indeterminado. || dormir en Dios. fr. descansar. || en Dios y en conciencia, o en Dios y mi alma, o en Dios y mi ánima. exprs. U. como fórmula de juramento o aseveración de algo. || estar alguien con Dios. fr. gozar de Dios. || estar de Dios algo. fr. Estar dispuesto por la Providencia, y por consiguiente ser inevitable. || estar alguien fuera de Dios. fr. Obrar disparatadamente. || fuera sea de Dios. expr. U. cuando alguien maldice algo con inmediato respeto a Dios. Maldita sea tu alma, fuera sea de Dios. || gloriarse en Dios. fr. gloriarse en el Señor. || gozar alguien de Dios. fr. Haber muerto y conseguido la bienaventuranza. || hablar con Dios. fr. orar (ǁ hacer oración). || 2. coloq. Volar a gran altura. || hablar Dios a alguien. fr. inspirar (ǁ iluminar el entendimiento). || hacer algo como Dios manda. fr. coloq. Hacerlo bien, con exactitud y acierto. || herir Dios a alguien. fr. Castigarle, afligirle con trabajos y penalidades. || irse alguien bendito de Dios. fr. irse mucho con Dios. || irse alguien con Dios. fr. Marcharse o despedirse. || 2. irse mucho con Dios. || irse mucho con Dios. fr. Marcharse con enfado, voluntariamente o despedido. || juro a Dios. expr. voto a Dios. || la de Dios es Cristo. loc. sust. f. coloq. Gran disputa, riña o pendencia. Se va a armar la de Dios es Cristo. Y aquí fue la de Dios es Cristo. Cambió la guitarra y entonces hubo la de Dios es Cristo. || 2. coloq. Bulla, algazara. || líbrenos Dios de "hecho es". expr. U. para dar a entender que lo hecho no tiene remedio. || llamar a Dios de tú. fr. coloq. Ser demasiado franco, tener excesiva confianza en el trato con los demás. || 2. coloq. Dicho de una persona o de una cosa: Ser de gran mérito. || llamar Dios a alguien. fr. morir (ǁ llegar al término de la vida). || 2. Inspirarle deseo o propósito de mejorar de vida. || llamar Dios a alguien a juicio, o para sí. frs. morir (ǁ llegar al término de la vida). || llamar Dios a alguien por un camino. fr. coloq. Tener aptitud para algo determinado. U. m. con neg. || maldita de Dios la cosa. loc. adv. coloq. Nada absolutamente. || mejor te ayude Dios. expr. U. para replicar y dar a entender a alguien que lo que ha dicho y sentado es incierto, o que lleva dañada intención. || miente más que da por Dios. expr. coloq. U. para ponderar el exceso con que alguien miente. || no es Dios viejo. expr. coloq. U. para explicar la esperanza de lograr en adelante lo que una vez no se ha logrado. || no haber para alguien más Dios ni Santa María que algo. fr. coloq. Tener a algo excesivo amor, pasión o cariño. Para él no hay más Dios ni Santa María que el juego. || no se ha muerto Dios de viejo. expr. coloq. no es Dios viejo. || no servir a Dios ni al diablo alguien o algo. fr. coloq. Ser inútil o inepto. || no tener alguien sobre qué Dios le llueva. fr. coloq. Ser sumamente pobre. || ofender a Dios. fr. pecar (ǁ quebrantar la ley de Dios ). || oh Dios. loc. interj. U. para expresar asombro y horror. || para aquí y para delante de Dios. expr. coloq. U. para encarecer la firmeza de una resolución o la sinceridad de una promesa. || par Dios. loc. interj. U. como fórmula de juramento. || permita Dios. expr. U. para manifestar el deseo de que suceda algo. La mayoría de las veces forma parte de una imprecación. || plega, o plegue, a Dios. exprs. U. para manifestar el deseo de que suceda algo o el recelo de que no suceda como se desea. || poner a Dios delante de los ojos. fr. Proceder y obrar con rectitud de conciencia, sin tener respeto a los intereses mundanos. || poner a Dios por testigo. fr. Invocar su santo nombre para aseverar lo que se dice. || ponerse bien con Dios. fr. Limpiar la conciencia de culpas para volver a su gracia. || por Dios. expr. U. para pedir limosna, o esforzar una súplica cualquiera. || 2. loc. interj. U. como fórmula de juramento. || que Dios goce, o que Dios haya. exprs. U. para añadir piadosamente al nombrar a un difunto. || que Dios le ampare, que Dios le bendiga, o que Dios le socorra. exprs. U. para despedir al mendigo cuando no se le socorre. || quiera Dios. expr. U. para explicar la desconfianza de que algo salga tan bien como uno se la promete. || recibir a Dios. fr. comulgar (ǁ recibir la comunión). || sabe Dios. expr. U. para manifestar la inseguridad o ignorancia de lo que se trata. || ser algo para alabar a Dios. fr. coloq. Ser admirable por su perfección, abundancia, etc. || ser algo un contra Dios. fr. coloq. Resultar sumamente injusto. || si Dios es servido, o siendo Dios servido. locs. advs. como Dios es servido. || sin encomendarse a Dios ni al diablo. loc. adv. coloq. Dicho de arrojarse a ejecutar algo: Con intrepidez y falta de reflexión. || si no mirara a Dios. loc. interj. U. para expresar que se contiene el enojo o la venganza por el respeto debido a Dios, que lo prohíbe. || si no quisiera Dios. expr. U. para denotar vivo deseo de que no suceda algo. || si quisiera Dios. expr. U. para denotar vivo deseo de que suceda algo. || sírvase Dios con todo. expr. U. para conformarse con la voluntad divina en los trabajos y adversidades. || tener Dios a alguien de su mano. fr. Ampararle, asistirle, detenerle cuando va a precipitarse en un vicio o exceso. || 2. Contenerle, infundirle moderación y templanza. || tentar a Dios alguien. fr. Ejecutar o decir algo muy arduo o peligroso, como queriendo hacer experiencia de su poder. || tomar a Dios los puertos. fr. coloq. Hacer buenas obras para obligarle. || tomarse con Dios. fr. Obstinarse en proseguir obrando mal, sin hacer caso de los avisos y castigos de Dios. || tratar alguien con Dios. fr. Meditar y orar a solas y en el retiro de su corazón. || un Dios os salve. loc. sust. m. coloq. desus. Cuchillada en la cara. || vale Dios. loc. adv. coloq. Por fortuna, por dicha, así que así, así como así. || válgame, o válgate, Dios. locs. interjs. U. para manifestar con cierta moderación el disgusto o sorpresa que nos causa algo. || vaya bendito de Dios. expr. U. para despedir al mendigo. || 2. coloq. U. para manifestar haber perdonado a alguien algún agravio, o que no se quiere más trato con él. || vaya con Dios. expr. U. para despedir a alguien, cortándole la conversación o el discurso. || 2. loc. interj. U. para manifestar la conformidad en la divina voluntad. || vaya por Dios. loc. interj. U. para manifestar conformidad y paciencia al sufrir un contratiempo. || 2. U. para expresar decepción y desagrado. —No podemos ir al teatro: se ha suspendido la función. —¡Vaya por Dios! || vaya usted con Dios, o vaya usted mucho con Dios. exprs. coloqs. U. para rechazar lo que alguien propone. || venga Dios y véalo. expr. U. para invocar a Dios como testigo de una injusticia. || venir Dios a ver a alguien. fr. Sucederle impensadamente un caso favorable, especialmente hallándose en gran apuro o necesidad. || vete con Dios. expr. vaya con Dios. || vive Dios. loc. interj. U. como juramento de ira o enojo. || voto a Dios. loc. interj. U. como juramento. || voto a los ajenos de Dios. loc. interj. vulg. U. a modo de juramento para evitar los que realmente lo son. □ V. alma de Dios, bendito de Dios, bolsa de Dios, brazo de Dios, casa de Dios, clérigo pobre de la Madre de Dios, Cordero de Dios, dedo de Dios, día de Dios, gracia de Dios, hijo de Dios, juicio de Dios, justos juicios de Dios, ley de Dios, ministro de Dios, palabra de Dios, presencia de Dios, Reino de Dios, siervo de Dios, siervo de los siervos de Dios, tata ~, temor de Dios, tribunal de Dios, varón de Dios”.

Como bien ha podido advertir el lector son infinitas las acepciones, significados y expresiones relativas a Dios, y es lógico que así suceda, pues Dios es infinito y no hay manera ni forma alguna de poder reducir los a unas cuantas frases o a un espacio, no importa lo grande y que este sea.

El otro texto del cual nos auxiliaremos en estas reflexiones es el catecismo de la santa iglesia católica que en su prólogo contiene precisiones conceptuales tan importantes que es posible inferir de ellas el significado que para los seres humanos y toda criatura tiene el vocablo Dios, veamos:

1 Dios, infinitamente Perfecto y Bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para que tenga parte en su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, está cerca del hombre. Le llama y le ayuda a buscarlo, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Lo hace mediante su Hijo que envió como Redentor y Salvador al llegar la plenitud de los tiempos. En él y por él, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada.

2 Para que esta llamada resuene en toda la tierra, Cristo envió a los apóstoles que había escogido, dándoles el mandato de anunciar el evangelio: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28,19-20). Fortalecidos con esta misión, los apóstoles "salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban" (Mc 16,20).

3 Quienes con la ayuda de Dios han acogido el llamamiento de Cristo y han respondido libremente a ella, se sienten por su parte urgidos por el amor de Cristo a anunciar por todas partes en el mundo la Buena Nueva. Este tesoro recibido de los apóstoles ha sido guardado fielmente por sus sucesores. Todos los fieles de Cristo son llamados a transmitirlo de generación en generación, anunciando la fe, viviéndola en la comunión fraterna y celebrándola en la liturgia y en la oración (cf. Hch 2,42).

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Los textos anteriores nos permiten de manera clara aseverar la existencia de una potestad superior, de un ser supremo, de una inteligencia superior, de un Dios o como usted prefiera llamarlo. Lo cierto es que existe autoridad sobre nosotros, desconocer esta situación realmente es una necedad. Tanto es así que la propia palabra de Dios contenida en ese libro llamado la Biblia nos ha reseña que la sabiduría de los hombres es necedad frente a Dios. Esta afirmación descansa en la circunstancia de que los seres humanos queremos y creemos que podemos explicarlo todo racionalmente, o a través de nuestra inteligencia o por intermedio de los diferentes mecanismos y métodos "científicos" [Entrecomillado y negrillas nuestras]. El asunto que plantean nuestras reflexiones se relaciona directamente con nuestras actitudes, formas de conducirnos, manera de actuar, tipo y clases de expresiones que utilizamos para referirnos a las otras personas, a su comportamiento, sus valores, su eticidad, aptitud , competencia, defectos, desviaciones, probidad etc.

Cada uno de nosotros, como ya hemos dicho en muchísimas ocasiones, ha jugado hacer Dios , y por ende nos atribuimos el derecho y la facultad de juzgar, condenar, sin abogados defensores, sin fiscales, sin jueces y sin darle oportunidad a las personas para ser escuchadas en su argumentación o alegatos para defenderse ante la imputación calumniosa , el pronunciamiento de las ofensas en su contra, la difamación de su persona y su familia, la legitimidad y legalidad de los de fortuna o patrimoniales que tiene, de su honorabilidad, de su prestigio, de su fama y de su posición dentro de la sociedad de la cual vive y su proyección como persona en ese entorno. Sí, aunque usted y yo no lo reconozcamos, nos gusta opinar y no sólo esto, sino también afirmar aunque no nos conste el hecho o los hechos que se le atribuyen a una persona, sin importarnos tampoco el grado de amistad o nexo parentesco que pudiera unirnos con la persona aludida. Somos a veces despiadados, malvados, perversos, implacables y muy dados a condenar sin pruebas, pues solamente no hasta la duda sobre esa persona, el rumor, el chisme, la calumnia o como suele decirse en mi país las bolas (rumores) que se corren en la comunidad acerca de la conducta o de otro aspecto relacionado con la persona o conjunto de personas de las cuales hemos hecho un juicio, condena y ejecución.

El gran filósofo griego Sócrates, en alguna oportunidad contó refiriéndose a uno de sus discípulos que se le acercó diciéndole que debía contarle algo con respecto a otra persona. Sócrates le comunico que él poseía tres filtros que usualmente utilizaba cuando la conversación giraba en torno a una persona o ser humano que no se encontraba presente en el momento en que la conversación se producía. El primer filtro, le dijo él a su discípulo, es la verdad, en consecuencia le inquirió preguntándole si a él le constaba que lo que le iba a decir de aquella persona era cierto, a lo cual el discípulo respondió: “No Maestro, no me consta que lo que voy a decirle sea verdad” De seguidas Sócrates se dirigió a su discípulo y le dijo: "Supongamos que aún esté interesado en escucharte, aún tengo un segundo filtro para determinar si realmente quiero escucharlo” Y, el discípulo le preguntó: ¿De qué se trata, Maestro? - “Es el filtro de la bondad, por ello te preguntaré nuevamente: ¿Lo que vas decirme de esa persona es bueno?”- El discípulo respondió, “No, Maestro, por el contrario es muy malo lo que debo decirte” Entonces el Maestro ripostó: ¿Será posible que tú vengas a referirme un hecho que se le atribuye a una persona, cuando tú no tienes la certeza de que sea cierto y además se trate de algo malo? El discípulo bajó la cabeza y le dijo: “No, Maestro, ciertamente es un error, pues no me consta la verdad de ese hecho y mucho menos calificarlo como malo si no lo he constatado” Sócrates nuevamente dirigióse a su discípulo en los siguientes términos: “Si todavía estuviese interesado en escuchar lo que vas a decirme de esa persona, tendría que preguntarte si eso que vas a contarme me traería alguna utilidad. La pregunta la justifico porque la utilidad es el tercer filtro que utilizo para disponerme a escuchar a la gente cuando esta habla o afirma hechos atribuibles a un tercero ¿Qué dices a eso? El discípulo avergonzado le respondió: "No, Maestro, si te cuento lo que no me consta y que es malo según mi opinión, no te traería ninguna utilidad". Ante esta situación Sócrates le refirió: “Pues entonces no estoy dispuesto a escucharte, porque si lo que vas a decir no es absolutamente cierto y encima de ello es malo y además no trae ningún tipo de utilidad, no me interesa escucharlo”. Narra la historia que el discípulo se retiró avergonzado, contrariado pero con una nueva lección aprendida de su Maestro: “No debemos aseverar hechos que nos consten y de los cuales no tenemos certeza alguna, por otra parte si el hecho en cuestión se califica negativamente, con mayor razón no deberíamos propalarlo, y peor aún, cuando en vez de materializarse en utilidad para la sociedad, lo que traería sería dañoso, inútil y nada beneficioso para alguien o para la sociedad”.

He repetido en artículos anteriores que muchas de las orientaciones que siguen las más recientes reflexiones que vengo desarrollando, surgen del libro intitulado "EL DIFÍCIL ARTE DE SER BUENO (P. ZEZINHO. CARACAS. VENEZUELA. EDICIONES PAULINAS. 1991) por esa razón no podría faltar en este artículo la cita oportuna de algunos extractos de ese libro:

96. Las personas que sienten la necesidad constante de apuntar los defectos de los demás, son personas profundamente heridas. En cada crítica malintencionada, subyace una secreta confesión de la propia incompetencia. Son individuos más infelices que malvados.

97. No creas nunca en la honestidad del cuestionador que vive señalando las incoherencias y mentiras de los demás, pero que se enfurece, se resiente, o responde con ironía, cuando alguien osa cuestionarlo. Ese no pasa de ser un psicópata inteligente...

98. El peligroso hábito de juzgar a los demás puede denotar esa milenaria tendencia del ser humano a jugar a hacer de Dios.

Con la mayor facilidad, sin tener el derecho, ni los datos suficientes, sin tribunal, ni jurado, ni abogado defensor, nos erigimos en jueces y reemplazamos a todos estos.

Acusamos, juzgamos y condenamos alguien por las apariencias, casi siempre por alguna antipatía, por algún prejuicio, o lo que es peor, por el placer de parecer que sabemos más o que podemos más que el otro.

Cobardemente juzgamos y hablamos mal de los ausentes, y no le damos derecho de defensa, porque lo que nos interesa no es la verdad y si nuestro propio punto de vista.

Quien murmura sobre la vida ajena, difama o calumnia a los otros, o es malvado o es un débil mental.

Una persona que frecuentemente habla mal de los otros no está cerca de Dios. Hay más del Diablo que de Dios en su vida.

99. Existen críticos honestos, buenos, equilibrados y bien intencionados. Quieren mejorar aquello que critican. Además, saben ver los aspectos positivos de la persona o de la obra que observan. Sin tales críticos, la humanidad ni siquiera habría progresado por que ellos purifican a las personas y a los pensamientos con sus observaciones agudas y sensatas.

Pero también existen los críticos deshonestos, malos, desequilibrados y crueles. Estos no pretenden nada sino anular a las personas y a las obras, destruir y derrumbar. No ven ni quieren ver el lado positivo de nada ni de nadie, pues su deseo es disminuir personas y obras que, la mayoría de las veces no conocen ni comprenden ya que son personas dominadas por la envidia o por el preconcepto.

Así, en cuestión de segundos o minutos, destruyen o intentan destruir lo que costó meses, años, o hasta una vida para lograrse. Tales críticos no pasan de ser personas enfermas. Merecen compasión y nada más".

Creo que hemos expresado en párrafos anteriores y de manera más que suficiente que no se necesita poseer nivel universitario ni mucho menos ostentar títulos de segundo tercero o cuarto nivel para entender que no podemos andar en la vida jugando o haciendo el papel de Dios. Ello no puede ser posible pues nuestra inteligencia en comparación con la de Dios ni siquiera es un punto en el espacio sideral, nunca la vasija podrá superar al alfarero que la hizo. Dios es omnisciente, omnipotente omnipresente; características, que por cierto no poseemos nosotros y es justamente lo que nos diferencia de nuestro Gran Hacedor, El hace las reglas, las modifica según su sabio entender, las cambia, las deja inexistentes, en fin ÉL es dueño y señor de todas las cosas, Él es la plenitud, nosotros somos su creación, a él le pertenece nuestra vista, como bien se dice en el libro de Job, Él nos da la vida pero también Él nos la quita, la vida es de Él y la da o la quita cuando quiere. Nuestra existencia se debe a su gracia, nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro le pertenecen. Entonces ¿Por qué seguir insistiendo en hacer de nuestra vida una serie de acontecimientos y sucesos que afectan la vida de otros de manera negativa? ¿No hemos aprendido que el juzgar y condenar, aunque nuestra pobre racionalidad nos lo sugiera, no nos corresponde? Claro que debemos dejar a salvo la creación de normas que regulen nuestra existencia y la interrelación entre los seres humanos, normas que por demás también suministran las soluciones a la convivencia, la vida en sociedad y a los problemas que se generan con ocasión de la coexistencia en comunidad. Nos referimos obviamente a la ciencia del derecho, a la moral, a la ética y a todas las ramas del conocimiento que hacen posible una existencia caracterizada por la tolerancia, justicia, bien común, prosperidad, bienestar, paz, amor, en una palabra convivencia equilibrada, armónica, alegre y feliz. Estas razones nos obligan a concluir tal y como comenzamos: ¿Somos aspirantes a ser Dios o críticos deshonestos?

Espero y aspiro que el lector sepa dispensarme la crudeza de estas reflexiones, pero cuando se tienen 56 años vividos, y haber sobrevivido a circunstancias y situaciones difíciles y cargadas de dificultades, carencias y sobresaturadas de episodios característicos de la época signada por el materialismo, el consumismo y la ausencia de valores, se podrá entender entonces, que gracias por haber vivido y pasado por esos "desiertos" es que se ha logrado crecer social, económica y espiritualmente. Es en definitiva estar seguros de que no hay otro camino que no garantice la felicidad terrenal y la vida eterna que el camino de la CRUZ, ese es el camino del cristiano, la puerta angosta de la que habla la palabra de Dios, es el camino impregnado de piedras filosas, que te hacen sangrar al caminar, son las tristezas, las enfermedades, los problemas, las dificultades, las contradicciones, la ausencia de resultados ante esfuerzos descomunales para lograr el éxito, son las metas no cumplidas, son las esperanzas que no se concretan, etc. Muchos de nosotros evocamos y creemos en el Cristo que resucitó y a él vamos porque ello significa victoria y triunfo. Pero no transitamos por el Jesús de dolor, el Jesús que tomó su cruz para liberarnos y pagar el precio por nuestras desavenencias, omisiones, transgresiones y pecados. No nos gusta el sacrificio, no queremos abordarlo, no nos interesa vencer la dificultad para obtener el éxito, queremos este último pero con el menor esfuerzo y criticamos a aquellos que se han comprometido para hacer de este un mundo mejor y para ello son capaces de ofrecer hasta su vida para lograrlo. Los criticamos porque nosotros no hacemos lo mismo que ellos, esperamos que el Señor nos lo provea todo, sin esfuerzo alguno, como los israelitas en el tiempo del éxodo. Pero hermano, las cosas no ocurren de esa manera. El refranero popular es sabio, de allí que se afirme que la voz del pueblo es la voz de Dios, por eso en la mayoría de nuestros pueblos latinoamericanos existe un refrán que condensa una filosofía de vida que garantiza el éxito, la prosperidad , y ¿Por qué no decirlo? también la justicia: "A Dios rogando y con el mazo dando". Literalmente significa que debemos confiar en Dios, Él nos provee de lo que necesitamos, ciertamente su palabra nos enseña que Él conoce todas nuestras necesidades, nuestras carencias, todos nuestros cabellos están contados y nada sucede sin que Él lo sepa. No somos capaces ni siquiera de agregar un centímetro a nuestra estatura, pero para Dios nada es imposible. Así que, como corolario es imperativo que transformemos nuestras vidas, doblando la cerviz ante el poder del Señor, subordinándonos y permitir que Él entre a nuestro corazón para que se convierta en nuestro principal aliado en esa transformación, insistimos, la sociedad no puede transformarse en una sociedad más justa sin que antes sus componentes no se hayan transformado y hayan elegido la justicia y la verdad como norte de sus actos, ésta es la gran verdad y si permitimos que Dios nos tome de la mano como un buen padre de familia y nos guíe por los caminos que Él ha seleccionado, nuestra prosperidad, paz, tranquilidad espiritual, riqueza material y espiritual, riqueza familiar, amor y alegría estarán garantizados. Que Jesús de Nazaret, la Santísima Virgen María y la legión de ángeles y arcángeles te prodiguen multiplicidad de bendiciones. Amén... y Amen.-