viernes, diciembre 01, 2006


El Proyecto Zuche. El Zazusong.

Breve Comentario a la Constitución Venezolana

Por Mervy Enrique González Fuenmayor

- Jueves 23 de noviembre de 2006 -

- Maracaibo, Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur -


Hacia finales del año 1991, y para ser más precisos, en el mes de noviembre de ese año nuestra muy ilustre Universidad del Zulia fue escenario del Segundo Congreso Venezolano de Derecho Constitucional en el cual se dio cita un conjunto de especialistas en el área y fundamentalmente profesores universitarios de la materia referida. En ese congreso tuve la oportunidad de participar como ponente, presentando a la consideración de los participantes en el mismo, de la comunidad universitaria y de la sociedad en general un ensayo relativo al Proyecto Zuche, el Zazusong, y un breve comentario a nuestra Constitución de la República de Venezuela, vigente a la época y con la intención de vincular aquel proyecto con el régimen constitucional previsto en esa Carta Fundamental. Ha transcurrido poco más de 15 años desde el momento en el cual explané el contenido de mi ponencia en un auditorio calificado y flanqueado por mi eminente profesor de Derecho Constitucional: Dr. Humberto J. La Roche y el colega y también profesor, doctor José Enrique Molina. Este último me precedió explicando y desarrollando su tema, para que posteriormente tuviese el privilegio de preceder al maestro La Roche, pues así se había organizado la presentación de las ponencias en ese grupo. Es conveniente aclarar que fueron varios salones de clases que sirvieron de escenario para la presentación de las correspondientes ponencias y su discusión posterior a base de preguntas y respuestas, con un relator, todo con el propósito de preservar las discusiones y conclusiones a las que se llegaron en cada grupo de trabajo.


El tiempo, consagra la sabiduría popular, es el mejor testigo y juez de nuestros aciertos y errores; hoy a 15 años de distancia y después de haber retomado el camino que por escaso tiempo había extraviado, necesito escribir éstas líneas para dejar claramente establecida mi opinión, convicción y criterio, respecto a lo que infelizmente llegué a escribir en el artículo o ponencia mencionada anteriormente y que sirve de título igualmente a estas reflexiones. Para situarnos y situar también al lector en las variables de tiempo, modo y lugar predominantes, es de señalar que la ponencia en cuestión coincide con la circunstancia de haber terminado satisfactoriamente el estudio de dos semestres que cursé en la Escuela de Filosofía de nuestra muy ilustre Universidad del Zulia, en el régimen especial para egresados. Allí los semestres versaron sobre el tema: “DEMOCRACIA y SOCIALISMO EN MARX”. Claro está que el profesor Ángel Bustillos Peña –recién llegado de Corea del Norte – transpiraba el kimilsunismo y todo lo atinente al régimen comunista norcoreano, que para desgracia de la humanidad todavía hoy rige los destinos de ese país, pero con una agravante: tiene en vilo a la humanidad debido a que ha efectuado dos pruebas nucleares y amenaza con borrar del mapa al Estado de Israel y a otros países que considera sus enemigos. Ya el lector podrá comprender los motivos que me instan a hacer pública mi contrariedad y el mea culpa que ha venido siguiéndome durante estos 15 años, toda vez que no puedo cuantificar las personas que pudieron leer este artículo o ponencia, que fue publicada en una obra por La Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Centro de Investigaciones y Estudios Políticos y Administrativos (CIEPA). Maracaibo. Estado Zulia. República de Venezuela. América del Sur. Dicha obra se intituló: HACIA UN NUEVO ORDEN CONSTITUCIONAL. Ediciones Astro Data S.A., y mi artículo o ensayo puede leerse en la página 183 hasta la página 210 del mencionado libro.

En las pocas líneas expresadas en el párrafo anterior se podrá concluir que mi percepción estaba atrofiada, o para emplear el verbo correcto, estaba OBNUBILADA por las enseñanzas que emergían de los textos que me pudo suministrar el profesor Bustillos. Y aclaro que cuando en el párrafo anterior afirmé que no podría cuantificar las personas que leyeron o han leído ése artículo, no lo hago por petulancia, vanidad o vanagloria. Lo cierto es que me produce una sensación de tristeza, pena, vergüenza y hasta de cierta de culpabilidad, haber sometido a la consideración de especialistas, universitarios, estudiosos y público lego en general toda una panoplia de conceptos, definiciones, opiniones, criterios y tesis reñidas absolutamente con el rigor científico, filosófico y humanista. También es oportuno expresar que una especie de manto de oscuridad, casi rayano en lo maléfico hubo de ser el causante de mi traspié, y que se tradujo en la situación que: de ser un católico y laico comprometido con la Santa Iglesia Católica, pasase a ser un crítico de todas esas concepciones, tesis, teologías, palabras inspirada por Dios y dogmas de fe, que según el trasnochado marxismo constituyen la causa de la ceguera del pueblo y también el opio del mismo. Aunque no llegué a afirmar semejante blasfemia, no obstante en mi alma han quedado grabados como surcos esos errores por los cuales ya he pedido infinitamente la misericordia y el perdón de nuestro Señor. He allí entonces la explicación por la cual me avergüenza la materialización o publicación de ese artículo , cuyo contenido hoy rechazo de manera categórica y expresa, pues para un creyente, como en mi caso, para un hombre que teme reverencialmente al Señor, para una persona que ha tomado muy en serio el amar a Dios por encima de todas las cosas y al prójimo como a sí mismo, como en mi caso, ya que para un ser humano que ama la libertad, la justicia, la solidaridad, la democracia, la propiedad privada, el bienestar colectivo, la caridad, la misericordia, la piedad, la justicia social, la reciprocidad y el dolor por el mal ajeno, como en mi caso, no es posible compartir ni siquiera pensar en lo que yo escribí –en una ingrata hora – en ese artículo.

No voy a cometer el error de repetir lo que hace 15 años escribí, ello es lógico, pues no debo correr el riesgo de que esa mala semilla pueda nuevamente salir a flote y contaminar la pureza, las creencias, la fe, el amor y las convicciones de libertad, democracia, solidaridad y justicia social del común de nuestros congéneres. Pero sí resulta pertinente realizar las precisiones conceptuales a los efectos de que los lectores conozcan los límites de lo que entienden los marxistas y comunistas por Zuche y Zazusong . En ese orden es imperioso que determinemos lo que es el término Zuche:


“(...) el cual en su etimología traduce ZU: que significa dueño, señor y CHE que se refiere a cuerpo, sustancia, ser, existencia. Ambos son vocablos coreanos. De manera que ZUCHE nos da la idea de la existencia de hombre como dueño de sí mismo, lo que en definitiva constituye su sentido filosófico. En el sentido más amplio la idea ZUCHE se vincula al hombre en su relación social y en su particular condición de sujeto y objeto de su creación como dueño de su propio destino. Pero el hombre individualmente considerado no puede ser ZUCHE ya que esta última dimensión solamente es posible cuando se mira al hombre en su contexto social; el hombre viviendo aisladamente de la sociedad no es un hombre ya que solamente en colectividad es que puede ser definido como hombre; de allí que lo grandes pensadores cuando se refieren al hombre lo hacen partiendo de la categoría de lo social, culminando con el aspecto de la sociabilidad con que lo estudia. La idea ZUCHE ha establecido una cosmovisión humanocéntrica, es la visión global del cosmos teniendo como centro al hombre, al ser humano en una recíproca relación con él. Ahora para lograr una definición del ZAZUSONG, es prudente indagar su raíz etimológica, y es así que debemos afirmar que este término está integrado por tres vocablos coreanos que son los siguientes: ZA que da la idea de mismidad , mismo; ZU: dueño, señor parte, y SONG: que refiere la idea de atributo o característica ; de lo expuesto podemos entonces afirmar que el hombre tiene como atributo esencial ser el dueño de sí mismo, pero este atributo debe ser considerado en su esencia como social, ya que él ZAZUSONG no se concibe en el hombre si este no vive en sociedad, en otras palabras, el hombre sólo, aislado sin vivir en sociedad no tiene ZAZUSONG. Pero el ZAZUSONG no puede ser circunscrito al mero atributo que el hombre posee de ser el dueño de sí mismo, puesto que el espíritu creador y la conciencia son también atributos del hombre y que no le son conferidos por la naturaleza, sino por la sociedad; no son atributos que se forman biológicamente en el curso de la evolución del hombre, sino que los mismos nacen y se desarrollan a lo largo y ancho de la historia social".

(GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique. El Proyecto Zuche, el Zazusong. Breve comentario a la Constitución Venezolana. p 190 ss. Artículo que forma parte de la obra: Hacia un Nuevo Orden Constitucional. [Pie de Página supra])

En lo sucesivo he de manifestar de manera muy categórica, entre otras cosas, que el hombre no es dueño y señor de sí mismo. El hombre ha sido creado por Dios y por lo tanto Él y solamente Él es su dueño, nuestra vida es un regalo del Señor y no de nosotros mismos, por lo tanto si yo no puedo darme ni siquiera la vida me pregunto ¿de que soy dueño? Por otro lado, el hombre no puede materializar y lograr solamente con sus esfuerzos lo que él se proponga, ya que existen límites a esa actividad y a su propia actuación. Además el hombre posee una conciencia y esa conciencia le recrimina, le advierte, le sanciona cuando su conducta no es conforme y ajustada a lo que muchos, por negar la existencia de Dios y de su palabra contenida en la Escritura Sagrada, han dado en llamar Normas del Derecho Natural, como si así pudiésemos evadir la cuestión de la existencia de un ser superior que nos dio la vida, que es el dueño de ella, lo mismo que de nosotros y de nuestro accionar.

Realmente es una blasfemia afirmar como lo afirman los marxistas y en este caso los norcoreanos seguidores de Kim Il Sung –y hoy desaparecido este, de su hijo Kim Zong Il –: Que el hombre es el único dueño de su destino y que no tiene ni debe guardar subordinación a nadie. No obstante en este régimen oprobioso el Estado se ha subrogado todos los poderes y ha esclavizado al hombre, a su familia y a toda la sociedad. Los tiene secuestrados. Pero lo más grave es que en este régimen el Estado, que es la personificación jurídica de la Nación (El Estado como último grado en la evolución de las instituciones) ha sido fundido con la persona que detenta el poder, llámese presidente, primer ministro, monarca o cualquier otro título (en Corea del Norte el cargo de presidente fue suprimido en memoria de Kim Il Sung, y Kim Zong Il recibe el título de “Presidente de la Comisión de Defensa Nacional”) y en el confluyen todos los poderes. El y su grupo tienen todas las prerrogativas, ventajas, prebendas, beneficios etc., mientras el resto de la sociedad se ve obligada a vivir de manera pobre, de manera infrahumana, con necesidades insatisfechas, sin libertad, sin poder expresarse y además sujetos a una violencia y a una agresividad exacerbada, ya que quien detenta el poder no admite proceso eleccionario alguno y antes por el contrario se convierte de manera automática en régimen nepótico y despótico, siendo el caso como el que ocurrió en el gobierno norcoreano cuando sucedió a Kim Il Sung su hijo Kim Zong Il. En todos estos regímenes autoritarios, comunistas, marxistas o socialistas la característica predominante en ellos es el dictatorialismo, el abuso del poder, la ausencia de elecciones, la ausencia de la libertad de expresión, la explotación del hombre por el hombre asumiendo esta última la forma simulada del Estado de Derecho. Triste paradoja, pues en estos Estados Socialistas el Derecho como tal no existe. Solamente tienen derechos los que regentan el poder; los demás viven en régimen de exclusión y son esclavos de los primeros. Así ocurre en nuestra vecina República de Cuba, en la cual el sátrapa de Fidel Castro, aún casi muriendo –si no ha muerto ya – transfirió el poder, sin consultar al pueblo y sin proceso eleccionario alguno, a su hermano y a sus compinches revolucionarios. Esta es la característica fundamental, y al lector le bastará simplemente ojear los países que –aunque pocos – todavía quedan representando el llamado bloque comunista. Ahí el caso de Rumania, de Ruanda, de China, de Rusia etc.

Y así puedo seguir comentando algunas otras cosas de este perverso régimen, en el cual la libertad de cultos y el desprecio por quienes profesamos cualquier tipo de fe, desde la Católica Cristiana pasando por la Judía, Budista, Musulmana etc., nos hacen víctimas fáciles para estos depredadores humanos que en la historia de la humanidad lo único que han hecho es destruir, pues otra cosa no saben. Ellos reinan donde la miseria se ha entronizado. Por ello hay que tener muchísimo cuidado y tratar de impedir que estos personajes diabólicos asuman el poder de cualquier país, pues lo primero que harán será destruir todo el bienestar que exista para que el ciudadano se haga dependiente del Estado, de sus migajas, de sus dádivas, para humillarlo, para vejarlo, para hacerlo sentir que el no vale nada sin el Estado, esto es, el ente que lo dirige y de cuya mano come. Es la negación de la dignidad, es la negación de la humanidad, es la negación de la espiritualidad, por ello tengamos cuidado. Es obligación de todo ser humano impedir que estos regímenes nugatorios de la esencia humana asciendan al poder. El proyecto ZUCHE y el ZAZUSONG son un fraude, engaño, una vergüenza para la humanidad, una herramienta de vejaciones para su pueblo, un puñal que daña la dignidad de todo norcoreano, un sistema que cercena la naturaleza humana, la libertad, su fe, la esperanza y el deseo de ser feliz y de lograr el bienestar y prosperidad colectiva .

Para finalizar estas reflexiones, y con vuestra licencia transcribo un fragmento del libro Valores de Cada Día, autoría del Pbro. Ciríaco Izquierdo (Caracas-Venezuela. Ediciones Paulinas. Septiembre. 2003. pp 57 y 68):

“(...) la realización del quehacer primario del ser humano es ser hombre con sentido, hacer de la existencia un proyecto, vivir con intensidad apasionada, tomar el curso de la vida en propia mano, siguiendo sus trayectorias sucesivas e integrando sus inesperados vericuetos. La vida humana no es un absurdo, ni un camino sin meta, ni una existencia sin sentido; es ante todo un proyecto a realizar y hay que vivirlo con intensidad y pasión. Hay que ponerse al timón de la vida. Ser hombre con sentido no es nada fácil, implica moral y disciplina y, sobre todo, ilusión por vivir según proyecto que valga la pena, que consista en obrar el bien, imitando a Dios, que es la personalización máxima de la verdad y del bien, hacer de nuestra existencia humana un proyecto de bien, significa realizarnos plenamente y con sentido. Leonardo da Vinci afirmó: "quien no aprecia la vida no la merece". Merecemos de verdad la vida que Dios nos ha regalado a través de nuestros padres, si la apreciamos”.

(...)

"El hombre no es ni un Ángel degradado, ni un animal optimizado. El hombre es el hombre, ni más ni menos. Según la Biblia la peculiaridad de lo humano no se debe a que Adán esté por encima de los animales, sino a que está por debajo de Dios. Y es que esté por debajo lo que paradójicamente, funda y garantiza aquél por encima. Ningún análisis cuantitativo esclarecerá nunca su cualidad, esta no es algo aditivamente yuxtapuesto a lo cuantitativo; se remonta al designio por el que el Creador ha puesto en la existencia una criatura que es “imagen y semejanza” de su propio ser”.

Culmino solicitando a Dios por la intercesión de su hijo Jesucristo y la virgen madre María, nos conceda a todos el discernimiento necesario para impedir que estas doctrinas satánicas invadan nuestra mente, cuerpo y espíritu y que nos conceda igualmente la fuerza para luchar por la extinción de aquellas, así como su imperio y vigencia en cualquier lugar en el cual se hayan entronizado. Amén y amén. «Ojalá y esta reflexiones contribuyan a remediar los efectos o consecuencias que se han podido producir por el artículo al cual he hecho referencia antes y al mismo tiempo puedan servir de herramienta para prevenir a aquellos que como yo puedan ser confundidos por esta falsa doctrina que predicando el bien colectivo no es más que un sistema de explotación y esclavitud del hombre».