sábado, noviembre 28, 2009

ARTÍCULO: “ANTECEDENTES E HISTORIA DE LA VENERACIÓN DE LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA”.


IMAGEN: APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA.
" QUIEN QUIERA RESTARLE HONOR Y VALOR A LA VIRGEN MARÍA,MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA.ESTÁ TAMBIÉN DUDANDO DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS,PUES NO PODRÍA EXISTIR JESÚS SIN MARÍA..." MEGF


ARTÍCULO: “ANTECEDENTES E HISTORIA DE LA VENERACIÓN DE LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA”.

POR PROF.DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO-ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA-AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO EN SÁBADO 28 DE NOVIEMBRE DE 2009.

Para rendirle honores a la venerada Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, transcribo para los lectores la siguiente pesquisa documental, para que recordemos una vez mas, como cada dia 27 de noviembre a partir de 1830, los momentos hermosos de su aparición a Santa Catalina Laboure.


Historia de la Medalla Milagrosa

MARCO DOCTRINAL E HISTÓRICO

“Dios es el único Creador y soberano Señor del cielo y de la tierra. A El solo debemos adorar y servir en sus tres personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Hijo de Dios, es decir, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, sin dejar de ser Dios, se hizo hombre y murió y resucitó para traernos la salvación a nosotros.
Por otra parte la doctrina católica nos enseña que la Virgen María es una criatura lo mismo que cualquier persona humana. Y por ser una criatura no merece culto de adoración como si fuese una diosa.
La Virgen María es la más santa de todas las criaturas y por su bondad, por su amor, por su oración, es poderosísima ante el Señor en favor de nosotros sus hijos espirituales.
Por eso nosotros le profesamos devoción, amor, veneración y honor y le dirigimos nuestras súplicas llenos de confianza.
A veces sucede que, en medio del entusiasmo, del amor y de la confianza, algún devoto se dirige a la Virgen y dice a boca llena: ¡Yo te amo y te adoro, Virgen María!
En esos casos y en otros semejantes, la Iglesia, y las personas comprensivas y de buena voluntad, saben lo que se quiere decir con esa palabra de adoración y amablemente toleran y no condenan por ello.

VIDA DE SANTA CATALINA LABOURE, LA VIDENTE DE LA VIRGEN MILAGROSA
Primeros años de su vida
Santa Catalina Labouré nació en 2 de mayo de 1806 en un pueblo de Francia. Eran once hermanos. Toda la familia era devota de la Virgen y acudía al templo con frecuencia.
Catalina quedó huérfana de mamá a los 9 años. El mismo día de la muerte de su mamá, la criada sorprendió a Catalina sobre una silla abrazando una imagen de la Virgen y pidiéndole protección y amor. Y la Madre de Dios la cuidó y la protegió hasta hacerla santa: Santa Catalina Labouré.
El ambiente familiar ayudó a Catalina en su vida espiritual. Cuando María, su hermana mayor, ingresó en las Hijas de la Caridad, el papá, don Pedro. encargó a Catalina las tareas de la casa. Ella, cumplidas las tareas diarias, se sumía en el silencio y en la oración y ayunaba los viernes y los sábados.
Ingresa en la Congregación de las Hijas de la Caridad
A los 18 años tuvo un sueño: vio a san Vicente de Paúl celebrando misa y le oyó decir: ahora huyes de mi, pero un día te sentirás dichosa por ser Hija de la Caridad, de esa Congregación que fundé.
El 21 de abril de 1830 ingresó con las Hermanas, El informe de ingreso dice: lee y escribe sola, es piadosa, ama el trabajo y es muy alegre. Durante ese año tuvo varias apariciones de San Vicente, oyó palabras de Jesús Sacramentado y el 27 de noviembre le ocurrió la famosa aparición de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
La santa de la humildad
Concluído el primer año de prueba, fue enviada al Hospital-Asilo de Enghien para cuidar el establo y servir a los ancianos. Allí vivió seguiditos los 46 años que le quedaban de vida. Tiene la siguiente Hoja de Servicios: 5 años de ayudante en la cocina, cuatro años en la ropería, 15 años cuidando y ordeñando a las vacas que surtían leche a los pobres ancianos. También atendió simultáneamente una sala de enfermos ancianos. Los últimos años de su vida se desempeñó como portera del Asilo.
Las hermanas ancianas la buscaban en la portería para rezar el rosario porque le rezaba devotamente y con mucha unción. Una vez le chismearon que uno de sus ancianos se portaba mal. Contestó: rezad por él. En la fiesta de la Virgen Inmaculada caía enferma y comentaba: es el ramito de flores que Ella me regala cada año en su fiesta.
La diligencia de Catalina se notaba en querer obedecer hasta en los mínimos detalles, en guardar el silencio y en escoger los oficios más humildes que llamaba perlas de las Hijas de la Caridad.
La santa del silencio
La Medalla Milagrosa ya era conocida en muchos países, se habían distribuido más de 20 millones, se tenían numerosos testimonios de favores y milagros de la Medalla, habían pasado 40 años desde la Aparición y nadie sabía quién era la favorecida con ella, excepto su Director Espiritual, el Padre Aladel. Así fue el silencio de la santa hasta su muerte.
Su silencio, sus humildes servicios, el entorno del establo y de los ordeños la hacían pasar desapercibida y hasta ignorada. Solo al fin de su vida contó a su sobrino que la quisieron nombrar Superiora y respondió: Madre, ya sabe que no soy capaz de ello. Y comentó: Y estuvo bien hecho el no nombrarme.
Un día le pregunta una sobrina: Tía ¿por qué lleva usted 40 años siempre en la misma casa? Catalina responde sin burla, con sencillez: Solo cambian a las Hermanas inteligentes.
La cuenta de las vacas y de la leche
Así llevaba la administración en el establo que ella preparó. Tenía siempre dos vacas y a veces tres. Compró la primera vaca el 19 de marzo de 1846 por 480 francos. Gastó mucho en recuperarla de una enfermedad y la vendió el 18 de abril por 200 francos. Todo ello anotado y registrado día a día.
El 10 de mayo compra una segunda vaca por 310 francos. Dio 1247 litros de leche y la vendió en octubre por 320 francos. Con las demás vacas tuvo más bien pérdidas de unos 100 francos por cada una. Con la vaca decimocuarta, comprada el 19 de agosto de 185 1 y vendida cinco años más tarde, le fue bien por la producción de leche. Pero la nueva superiora lee las cuentas, ve las pérdidas y suprime el negocio de las vacas. Catalina sigue cuidando los cerdos y los conejos hasta el año 1875.

Una muerte silenciosa
Al fin, Catalina, a los 70 años, se enfermó. Pronto se agravó pero no sufrió agonía. ¿No siente usted miedo de morir?, le pregunta la superiora. Y respondió así: ¿por qué he de tener miedo de ir a ver a Nuestro Señor, a su Madre y a San Vicente?
Un leve suspiro y dos gruesas lágrimas sosegadas rodaron por sus mejillas y señalaron su último momento. Murió con el mismo estilo con que vivió: silenciosamente, sin decir que ella era la Vidente, la Favorecida de la Virgen Milagrosa.

NARRACIÓN COMPLETA DE LA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA A SANTA CATALINA LABOURÈ
Aclaratoria
El Padre Juan María Aladel, misionero de los Padres Paúles, era el confesor de la Casa Noviciado de las Hijas de la Caridad en la calle Du Bac de París en 1830. Había 80 novicias, entre ellas Catalina Labouré. Ella le contó la aparición que tuvo de la Virgen Milagrosa el 27 de noviembre.
Once años más tarde, en 1841, cuando ya la Medalla Milagrosa era muy conocida, el Padre Aladel pidió por escrito a Santa Catalina la narración de la Aparición. Ella la envió en forma de carta. A continuación la copiamos con toda la fidelidad. Pero los títulos y las divisiones son nuestras.

Invocación
Hoy es la fiesta de la Asunción de María al cielo. Oh Reina, que estás sentada junto a Dios!, escucha favorablemente mis súplicas. Por tí misma y por tu mayor gloria te pido me ilumines y me des fuerza y valor para actuar en pro de tu mayor gloria.
Jesús, María, José. El 27 de noviembre de 1830, sábado anterior al primer domingo de Adviento, a las cinco y media de la tarde, después de los puntos de meditación, durante el gran silencio, es decir, algunos minutos después de los puntos de meditación, me pareció oír un ruido por la parte de la tribuna, junto al cuadro de San José, como el roce de un vestido de seda. Miré hacia aquel lado y ví a la santa Virgen a la altura del cuadro de san José.

Descripción de la Virgen del Globo
La santa Virgen estaba de pie, vestida de blanco, un vestido de seda blanco aurora, hecho como suele decirse "a lo virgen' ', mangas lisas y con un velo blanco que le bajaba hasta el suelo; bajo el velo vi sus cabellos partidos a mitad, y encima un encaje como de tres centímetros de altura, sin pliegues, es decir, colocado ligeramente sobre sus cabellos; el rostro bastante descubierto; los pies apoyados sobre un globo, es decir sobre medio globo, o por lo menos me pareció sólo la mitad; luego tenía en las manos el globo de la tierra; tenía las manos levantadas a la altura del pecho de manera muy natural; los ojos elevados al cielo... En aquel momento su rostro era extraordinariamente hermoso, yo no podría describirlo...

Los anillos, los rayos y el globo
Y luego de repente vi anillos en sus dedos, adornados con piedras preciosas, unas más hermosas que otras, unas más grandes y otras más pequeñas, que emitían rayos unos más hermosos que otros; estos rayos salían de las piedras preciosas, las mayores emitían los rayos mayores que se ensanchaban contínuamente hacia abajo, y los más pequeños, que también se ensanchaban hacia abajo, lo cual llenaba toda la parte inferior y yo no podía ver ya sus pies.
Decirle lo que entonces sentí y lo que aprendí en aquel momento en que la Santísima Virgen ofrecía el globo a Nuestro Señor, me es imposible. Me resultaría imposible expresarlo. En el momento en que yo estaba contemplándola, la santa Virgen bajó los ojos, me miró, se dejó oír una Voz que me dijo estas palabras: Este globo que ves representa el mundo entero, especialmente Francia... y cada persona en particular...
Aquí yo no sé cómo expresar lo que sentí y vi, la hermosura y el resplandor de los rayos tan hermosos... Son el símbolo de las gracias que derramo sobre las
personas que me las piden. Me hizo comprender lo bello que era orar a la santa Virgen y qué generosa era Ella con las personas que se las piden. qué gozo experimentaba ella al concederlas...
Aquí santa Catalina con una nota a lápiz describe el número de los anillos -tres en cada dedo-. y dice haber quedado impresionada al notar que de algunos anillos no salían rayos. La Virgen le responderá más tarde: las piedras de los anillos que no emiten rayos son símbolo de las gracias que no se me piden”. (www.svp.e12.ve/medal.htm)


IMAGEN: APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA.
" QUIEN QUIERA RESTARLE HONOR Y VALOR A LA VIRGEN MARÍA,MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA.ESTÁ TAMBIÉN DUDANDO DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS,PUES NO PODRÍA EXISTIR JESÚS SIN MARÍA..." MEGF

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