ORACIÓN “SEÑOR ORGANIZA MIS CAMINOS”

ORACIÓN “SEÑOR ORGANIZA MIS CAMINOS”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED MARTES 14 JULIO DE 2009.

O R A C I Ó N



Felices los que van por un camino intachable, los que siguen la ley del Señor, Felices los que cumplen sus prescripciones lo buscan de todo corazón, los que van por sus caminos, sin hacer ningún mal. Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. ¡Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos! Así no sentiré vergüenza, al considerar tus mandamientos. Te alabaré con un corazón recto, cuando aprenda tus justas decisiones. Quiero cumplir fielmente tus preceptos: no me abandones del todo.

C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Situarnos en la presencia de Dios y conversar con el, rendirle adoración y tributo a su gran poder, a su misericordia, a su justicia y a la protección que nos prodiga, lo mismo que su orientación y auxilio, nos abruma de sosiego, esperanza y de fe. En esta conversación le hemos expresado al señor nuestra gratitud, en principio por amarnos, por crearnos, por proteger nos, por colocarnos en la cúspide de la pirámide de la creación. Nos hizo un poco inferior a los ángeles, pero nos ama más que a estos. Felices los que siempre andan por su senda y sus caminos, Dios les concede muchas bendiciones a aquellos que siguen sus preceptos. Por eso, señor necesito que mantengas en mi mente, en mi espíritu, y en mi corazón, la capacidad de amarte sin condición alguna, de doblar mis rodillas ante ti, de postrar mi mentón en tierra, para poder abrirte de par en par las puertas de mi vida, para que puedas orientarme, organizar mi vida, aprender y grabar en mi corazón tus mandamientos, tus estatutos, tus enseñanzas, tú hermosa palabra. La vida señor, es difícil y nos presenta situaciones tortuosas, de grandes inconvenientes y problemas, pero tú gracia, tu santidad y tu poder nos acompañan siempre y por ello no temeré. Cualquiera que sea la tragedia, la tormenta de males, no me derrumbare pues mi creencia y mi fe están cimentados en la piedra angular que desecharon los arquitectos, mi fe en Dios padre, en Dios hijo y en el espíritu santo, me guardaran en el transitar de mi existencia. Ánimo, gozo, alegría...


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