ORACIÓN “PARA ALIVIAR EL CANSANCIO”

ORACIÓN “PARA ALIVIAR EL CANSANCIO”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
TRASLADADA A LA RED VIERNES 03 JULIO DE 2009.

O R A C I Ó N



Señor, tú has sido nuestro refugio
a lo largo de las generaciones. Antes que fueran engendradas las montañas, antes que nacieran la tierra y el mundo, desde siempre y para siempre, tú eres Dios. Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: "Vuelvan, seres humanos". Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche. Tú los arrebatas, y son como un sueño, como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece, y por la tarde se seca y se marchita. ¡Estamos consumidos por tu ira y consternados por tu indignación! Pusiste nuestras culpas delante de tus ojos, y nuestros secretos a la luz de tu mirada. Nuestros días transcurren bajo el peso de tu enojo,
y nuestros años se acaban como un suspiro. Nuestra vida dura apenas setenta años, o más, si tenemos más vigor: en su mayor parte son fatiga y miseria, porque pasan pronto, y nosotros nos vamos. ¿Quién puede conocer la violencia de tu enojo y ver el fondo de tu indignación? Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores. Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Alégranos por los días en que nos afligiste, por los años en que soportamos la desgracia. Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos. Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos…
COMENTARIO.
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
En esta oración cuyo contenido es extraído del salmo 90, podemos observar de manera muy clara, la brevedad de nuestra vida en las diferentes situaciones de pena, tristeza, dolor, y todo un conjunto de problemas, por los seriamente hemos de pasar. Somos sal de la tierra, pero al mismo tiempo debemos cumplir con el proyecto de salvación de Dios tiene para nosotros. Ello implica como dice la palabra: tomar nuestra cruz y seguir al señor. Ésa cruz inevitable, infranqueable, constituye la verdadera prueba de nuestra fe en Dios, de nuestras fuerzas para enfrentar los duros momentos del vivir y también representa la actitud que debemos asumir cuándo el cansancio nos visite, nos agobie, y nos haga sentir lo frágiles que somos frente a la tragedia. Del mismo modo la Cruz que hemos de tomar, también es equivalente a contar con la gran compañía de Dios Padre, Dios Hijo Y Dios Espíritu Santo, los que sin duda, intercederán para auxiliarnos en nuestros desvelos, inconvenientes y dificultades. Nada le faltará a quien pone su confianza en Dios. El señor conoce nuestras carencias, nuestras necesidades y nuestras dolencias y el suplirá las mismas. Pero siempre es bueno hacérselo saber, lo mismo que nuestro padre biológico sabe lo que nos falta, lo que necesitamos y el nos lo trae a nuestra casa. Pero también, quiere nuestro padre biológico, que de vez en cuando le hagamos saber nuestra necesidad, en orden a sentir que tu reconoces su imprescindible presencia y el amor y afecto que le profesamos. Por ello si el cansancio no te deja pensar, si te quebranta, si te hace dudar de la palabra de Dios, si te hace vacilar en tu fe, no tengas miedo, Dios es omnisciente, omnipresente y omnipotente, por ello jamás te abandonará, nunca te negará lo que necesites, El no permitirá que ninguna de sus criaturas se pierda. Solamente se necesita no perder la fe y mantenernos alejados de las tentaciones y del pecado. Animo, gozo, alegría...
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