ORACIÓN “SEÑOR HAZME JUSTO”

ORACIÓN “SEÑOR HAZME JUSTO”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED VIERNES 31 JULIO DE 2009.

O R A C I Ó N


¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien. Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa. ¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén y veas a los hijos de tus hijos!¡Paz a Israel! Amen y amen… (Fragmentos del salmo 128)

C O M E N T A R I O

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Buscar la intimidad con Dios. Establecer con el una grata conversación. Colocarnos en su santa presencia, es indescriptible con palabras humanas. Hoy señor por intermedio de esta oración te he ratificado tu dominio, tu gloria, tu poder. El amor que nos prodiga tu misericordia se concreta fundamentalmente en el ejercicio de la justicia como una regla que no se puede transgredir en el curso de nuestra existencia. El hombre justo es agradable al señor. Quien practica la justicia está cercano a Dios, pues este es la esencia misma del equilibrio, de la ponderación, de lo justo. Al pedirte que me hagas justo, estoy admitiendo y aceptando tu señorío sobre mi, señor. El que anda en los caminos de la justicia, permanece alejado de las tentaciones y de los malos pasos. Dios le concederá mucha paz, éxitos en todo lo que realice, le dará grandes recompensas y bendiciones. Quien ama a Dios le teme. Pero este temor no es patológico, no es miedo, no es pánico. Es la vergüenza que el hombre evita tener cuando ofende a Dios con sus acciones y omisiones. Hazme entonces temeroso señor de ti. No quiero ofenderte, quiero amarte y cumplir tus enseñanzas, tu palabra. Al vestirme con el ropaje del hombre nuevo, ese hombre del cual nos habló nuestro señor Jesucristo, y que requiere la justicia para poder transformarnos y estar presentables cuando tengamos que acudir a tu presencia, es verdaderamente un camino que debemos transitar. En el caminar del justo, Dios dispone de sus ángeles lo guarden, lo protejan y lo mantengan firme en su vocación de fe. Gracias señor Jesús. No nos dejes caer en nuestras debilidades y tentaciones. Amén... aleluya.


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