viernes, julio 24, 2009

ORACIÓN “TE PIDO ME AYUDES A CAMBIAR”





ORACIÓN “TE PIDO ME AYUDES A CAMBIAR”


POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED VIERNES 24 JULIO DE 2009.

O R A C I Ó N


El Señor es mi herencia: yo he decidido cumplir tus palabras. Procuro de todo corazón que me mires con bondad; ten piedad de mí, conforme a tu promesa. Examino atentamente mis caminos, y dirijo mis pasos hacia tus prescripciones. Me apresuro, sin titubear, a cumplir tus mandamientos. Los lazos de los malvados me rodean, pero yo no me olvido de tu ley.Me levanto a medianoche para alabarte por tus justas decisiones. Soy amigo de todos tus fieles,de los que cumplen tus leyes. La tierra, Señor, está llena de tu amor; enséñame tus preceptos. Amen y amen… (Fragmentos del Salmo 119)




C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Platicar con el señor es una grandiosa oportunidad para manifestarle nuestra adoración, nuestro agradecimiento por su infinito amor hacia nosotros, y también para alabarle, bendecirle y glorificarle. Aprovechando este momento de comunicación con Dios hemos reconocido que nuestro caminar no ha sido apegado a tus enseñanzas y a sus mandamientos. Reconozco señor que en mi vida he cometido muchísimos errores, que le he causado daño a algunas personas, a veces con intención y otras por ignorancia. Reconozco señor que no he sido bueno. Que parte de mi vida la he desperdiciado en cultivar los vicios, las malas costumbres y la práctica de conductas censurables. Mi corazón y mi conciencia me señalan como responsable de muchas consecuencias que generaron mis actitudes y algunas de mis decisiones. La voz interior con la cual nos has dotado me grita frecuentemente que necesito cambiar, que necesito transformarme. Esa transformación que ya san Pablo nos la enseña cuando afirma que: "transformaos por la renovación de vuestra mente". Debo cambiar. Ese cambio no puede ser exterior ni de fachada. No puede ser un cambio cosmético. Esa transformación debe venir de adentro hacia fuera, para qué sea real, auténtica e integral. Ese cambio debe pasar necesariamente por revisar nuestros principios, convicciones y preconceptos que sirven de base a nuestra existencia. Debemos cambiarlos por las enseñanzas, mandatos y designios contenidos en la santa Biblia. Estas son de verdad la fuente inequívoca de una vida feliz, prospera, alegre y llena de mucha paz y en sintonía con Dios y con nuestro prójimo. Ánimo, gozo, alegría...


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