lunes, abril 21, 2008

ORACIÓN : " VIVIR EN LA LUZ "

Oración: "VIVIR EN LA LUZ”

Por Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
Maracaibo, Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.
Impresa el Lunes 21 de abril de 2008 a las 03:53 pm
Tomada de su versión original del día lunes 28 de diciembre de 1998

Oración y Comentarios Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…” que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).
ORACIÓN
Señor te alabamos y ti te bendecimos en esta mañana. Te glorificamos Señor y queremos decir a los cuatro vientos que Dios es luz y que en el no hay nada de oscuridad. Si decimos que estamos con Dios pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Señor, pero si vivimos en la luz como tú vives en la luz, entonces estamos unidos unos con otros y la sangre de tu hijo Jesús nos purifica de todo pecado. Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está nosotros. Si por el contrario confesamos nuestros pecados, Dios que es fiel y justo nos los perdonará y nos purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado hacemos pasar a Dios por mentiroso, y no hemos aceptado verdaderamente su palabra. Pero si alguien peca Señor, tenemos como intercesor ante el padre a Jesucristo el justo. Porque el se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados y no sólo por los nuestros, sino también por todos los del mundo entero. Amén y amén...

Comentario

Es sumamente grato conversar con el Señor y en esta mañana amigo y amiga radioyente hemos centrado la plática con el señor en la luz, en la verdad para contraponerla a la oscuridad y a la mentira. Y es que debemos reconocernos pecadores ante el señor, pues nadie está libre de pecado. Algunos incurrimos en el pecado por acción y otros por omisión. Y hoy amigo y amiga radioyente, la buena noticia es que el señor Jesús pagó por nosotros todos nuestros pecados y de allí el compromiso de llevar una vida en santidad y plenitud, evitando incurrir en actitudes y conductas que rayan en el pecado, para que de esa manera podamos alegrar al señor con nuestra conducta y amar al prójimo y hacer de esta una sociedad más humana, más justa y más cristiana. Pero en ese camino de no incurrir en actitudes perversas, temerarias y dañosas debemos también vivir la vida con mucho optimismo. Siempre pensando en lo positivo, pensando que en este día y todos los días de nuestra vida van a ser días felices. No seas de esas personas que desde que se levantan se colocan sobre su cara, sobre sus ojos, un antifaz totalmente oscuro, un par de lentes que en lugar de ser de cristales transparentes son totalmente oscuros porque ven la vida llena de problemas y más problemas. Viven inmersos en la tristeza, en la impotencia, en el agobio, en el hastío. Hermano y hermana radioyente, en la mañana de hoy vamos a iniciar este día como todos días de nuestra vida, con optimismo con fe, con alegría porque el señor no quiere alegres, optimistas, con fuerza para poder asumir los retos de la vida. Por eso deposite amigo y amiga radioyente pensamientos positivos en el banco de su memoria. Todo el mundo tropieza con situaciones colmadas de estorbos y desalientos. Pero las personas negativas piensan en eso al levantarse, al acostarse y a todas las horas del día. Ponen su habitación mental en ese nido de hormigas que se llaman los pensamientos tristes y negativos, eso es cómo echarle arena del carburador de su vehículo. ¿Como quiere marchar bien? Los pensamientos y recuerdos negativos producen un desgaste innecesario, dañan el motor de su vida, dañan su motor mental y anímico y te traen el complejo de inferioridad y frustración. Amigo y amiga radioyente fíjate en las personas positivas, en como ellas buscan en cada momento una nueva realización, una nueva meta y se colman de pensamientos que les devuelven la confianza y procuran recordar solamente experiencias placenteras y buenas. Esto les aumenta la salud de su cuerpo y les llena de ánimo y de alegría. Amigo y amiga radioyente escriba por lo menos veinte razones que usted tiene para dar gracias a Dios y verá que usted va a quedarse maravillado por esas cosas que el señor nos ha regalado. Usted, yo y todos nosotros hemos recibido tantos dones que el vivir desanimado es una mentirosa ingratitud. Pase revista a los motivos que tiene para vivir contento, recuerde sus pequeñas victorias, sea agradecido con su creador. Cada día escriba en ese libro de la vida todas las razones que tiene para ser feliz. Sea feliz, seamos alegres no importa cuál sea nuestra condición, no importa cuál sea nuestro estado: si estamos enfermos o saludables, si somos ricos o pobres, si tenemos alegría o tristeza, si tenemos problemas o no los tenemos. Siempre, pero siempre, el señor estará contigo para ayudarte vivir la aventura, tan pero tan importante como lo es la aventura del vivir. Ánimo, gozo, alegría...

N O T A D E L A U T O R


Amigos y amigas, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- "DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO". ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela

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