----- REFLEXIONES POSITIVAS -----
Por: Profesor Doctor Mervy Enrique González Fuenmayor
Domingo 30 de marzo de 2008
Ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur
Nuevamente me acerco a disertar en las fronteras de un tema peliagudo, complejo y que puede analizarse multidisciplinariamente. Confieso que en esta oportunidad no lo abordaré con el rigor cientificista que caracteriza las notas citadas. Más bien escribo en este acto, más como un ciudadano de a pie y hombre comprometido con la profesión de fe católica cristiana que profeso y como un ser humano que en su ciclo existencial quiere coadyuvar a mejorar la vida en este planeta, desde cualquier tribuna que la providencia me conceda. Con esta aclaratoria, me permito con vuestra licencia expresar lo siguiente.
En un correo o mensaje que recibí mediante la utilización del formato de presentación multimedia, se menciona la situación relacionada con: "la enfermedad", "la salud", "la alegría", "la riqueza", "la autoestima" y otros aspectos. Haciendo reserva expresa respecto de las circunstancias que nos obligan a guardar distancia de ese correo y cuyas notas he transcrito para que pueda ser analizado de manera más sencilla (el mensaje en cuestión, repito es una presentación de diapositivas que muchos conocen bajo el formato de Microsoft PowerPoint ®. Aunque ha de aclararse que esta forma de denominar la presentación alude más bien a una marca y no al género: presentación multimedia, es decir: PowerPoint es una marca o singularización de la presentación), pasemos al desarrollo de estas reflexiones.
Es al Dr. Dráuzio Varella, al cual se le atribuye la autoría de las notas intituladas: "EL ARTE DE NO ENFERMARSE" (según el correo señalado anteriormente) y de cuyo contenido no me hago solidario, quien expresó:
EL ARTE DE NO ENFERMARSE
Por: Dr. Dráuzio Varella
Si no se quiere enfermar… HABLE DE SUS SENTIMIENTOS
"Emociones y sentimientos que son escondidas, reprimidas, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo la represión de los sentimientos degenera hasta el (sic... debería decir "en") cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar (sic), compartir nuestra intimidad, nuestros " secretos ", nuestros errores... El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia".
A las personas que no son comunicativas, que son introspectivas, que viven escondidas dentro su propio caparazón y que son incapaces de manifestar la tristeza, la alegría o el sentimiento o remoción que viven, sufren muchísimo. Este sufrimiento por demás innecesario puede aliviarse y de hecho es fácil hacerlo. Basta con que el sujeto que estén viviendo esta situación vaya abriéndose un poquito hacia el resto de la personas. Compartiendo las cosas buenas y también las no muy buenas. Ello le permitirá no solamente en los momentos de dificultad llevar con menos peso los problemas. En el caso de las situaciones de felicidad o de alegría también debemos compartirlas porque al hacerlo experimentamos esa especie de aprobación, reconocimiento y solidaridad de nuestro prójimo.
Por otra parte es muy conveniente hablar de las cosas, situaciones y realidades que estamos viviendo, sobre todo si se acepta que nuestros pensamientos y emociones, lo mismo que los sentimientos pueden generar efectos en nuestra salud. Siempre que me ha tocado abordar este tema bien en conversaciones personales o en charlas, conferencias o seminarios, me valgo del siguiente ejemplo: Si usted le dice muy temprano en la mañana a su vecino que lo percibe muy pálido, con ojeras, con aspecto enfermizo, aunque no sea verdad tal situación, ya ese ser humano anidó en su mente la semilla de la incertidumbre respecto de su salud. Ese sujeto pensará: "si yo me siento bien y pasé muy buena noche ¿por qué me dijo mi vecino que me veo como enfermo?" Si usted además de esa actitud, ha acordado con algunas otras personas, que le digan a su vecino lo mismo que usted le manifestó temprano en la mañana, tenga la certeza de que esa persona cuando regrese a su casa lo hará, pero en condiciones de salud inferiores o peores a aquellas que tenía cuando salió en la mañana para ir su trabajo. Ese sujeto cuando la segunda persona le manifestó que se veía enfermo, relacionó esa percepción con aquella que el vecino le hizo en la mañana muy temprano. Resultado: esta persona colocó valor agregado a las pseudo percepciones de su vecino, el cual únicamente para molestarlo o jugarle una broma le manifestó que no lo veía bien, o que lo notaba con aspecto enfermizo; una segunda percepción de otra persona introdujo el sentimiento de temor a una presunta enfermedad, considerando que el sentimiento partió de la emoción.
Si la víctima de esta broma hubiese manifestado sus sentimientos: miedo, miedo por pensarse enfermo, miedo por encontrarse en peligro su vida, tal vez hubiese descubierto que su estado de salud era perfectamente sano, amén de que evidencia con tal actitud que es una persona a la cual no se le puede influir tan fácilmente. Moraleja: No creer todo cuanto se nos diga, comunicar a otros lo que nos molesta es una manera de prevenir estas situaciones y caminar por el sendero de una vida feliz.
"Si no se quiere enfermar… NO VIVA SIEMPRE TRISTE:
El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. "El buen humor nos salva de las manos del doctor". La alegría es salud y terapia".
Respecto de no vivir triste, la experiencia y la vida nos enseñan que la alegría y el buen humor son emociones y situaciones de vida que pueden asumirse con mayor facilidad que aquellas vinculadas con la tristeza, la depresión, el complejo de culpa, etc. Por ello, para reírse se necesitan menor cantidad de músculos que aquellos que se requieren para estar serio. Esta verdad que nos ofrece la naturaleza humana, y más específicamente la anatomía del ser humano deja colar por el sedal o tamiz la circunstancia de que es conveniente, benéfico y saludable reír antes que llorar, y mantenerse de buen humor frente a las diversas vicisitudes que el destino pudiera colocarnos en nuestra existencia.
No se justifica ni resulta positivo y favorable andar por la vida con cara de cobrador insistente y desmedido, pues esto nos traerá que las personas con las que nos relacionemos también asuman esa actitud. Recordemos la Ley de la semejanza: "Lo semejante atrae lo semejante". Si usted trata a los demás con acidez, por lo general recibirá lo mismo a cambio. Existe una expresión con la cual me he vinculado de manera muy estrecha y que en los diversos estadios y lugares comunes de mi vida he utilizado, y que con mucho gusto se la suministro a mis lectores, para que puedan emplearla sin pago de impuesto alguno: "Dale a la vida una sonrisa, para que la vida a su vez te sonría".
Si no se quiere enfermar… CONFÍE:
Quien no confía no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en ti, en los otros y en Dios.
Dentro de las diversas acepciones que nos ofrece el Diccionario de la Real Academia Española sobre el vocablo CONFIAR, me permito transcribir el que más se ajusta a la noción de confianza a la que alude el Dr. Varella: "Depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa". De esta forma ya entonces se puede afirmar sin equívoco alguno que la naturaleza humana se caracteriza en su esencia por la bondad en cada uno de los integrantes de la raza humana, y por excepción la maldad se hace presente en su vida. Es decir, las personas son buenas por naturaleza y malas por excepción, por ello no podemos ir por este mundo desconfiando hasta de nuestra propia ropa interior, pues si así lo hiciéremos, estaríamos condenados a vivir en una perpetua infelicidad, si es que a eso se le puede llamar vida. Por otro lado nuestra coexistencia sería imposible, por lo cual finalmente también nos sentenciarían al aislamiento, toda vez que nuestras conductas y actitudes de desconfianza no las toleraría la mayoría de los integrantes de una sociedad; seríamos el "Elmer Gruñón" de los cómics norteamericanos. En conclusión: vivir feliz es mejor que vivir triste y malhumorado, USTED ELIGE.
Si no se quiere enfermar… NO VIVA DE APARIENCIAS:
Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc., está acumulando toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.
En América Latina, quienes hemos nacido con la tropicalidad que caracteriza este lado del continente, tenemos un antiquísimo refrán que viene como sortija al meñique en esta reflexión: "Mucha bomba y poco chicle", para referirnos a aquellas personas que van de lugar en lugar alardeando de que tienen esto o aquello, de que son esto o aquello, de que son felices, de que todo lo tienen, de que son los número uno, de que son ejemplo de virtud y de justicia, etc. Desafortunadamente para este tipo de personas: "Deseos no preñan", en otras palabras, no basta con que yo quiera tener, poseer o ser feliz. El lector avieso dirá "Pues entonces este articulista se equivocó, si dijo en líneas anteriores que la alegría o la tristeza dependía de mi elección ¿Cómo ahora me dice que no basta con que yo elija?".
No, amigo lector, el confundido es usted. Cuando yo me refiero a elegir, me refiero a elegir con certeza o verdad, no a una elección oportunista, no querida, no deseada o simplemente una elección originada en la apariencia. También hemos dicho que la bondad y la verdad son características esenciales del Ser Humano. Ahora, si yo pregono una alegría que no tengo, una riqueza que no poseo, o una virtud que no me hace ejemplo de nada; amigo y amiga: LO QUE SOY ES UN HIPÓCRITA, un cualquier fariseo de la historia bíblica. De allí que no es lo mismo ser que estar, ni querer poseer a poseer. Vivir conforme a lo que tenemos aspirando a tener más. Vivir teniendo una enfermedad pero aspirando a ser sano. Vivir con ciertas situaciones de infelicidad, pero aspirando a ser feliz. Todo ello va creando en el ser humano una propensión a obtener en el éxito, éxito que repito no se logra con la apariencia, sino con la fe, la alegría, el buen humor, la conciencia y, como decimos en Maracaibo, la ciudad que me vio nacer: "A Dios rogando, pero con el mazo dando".
Si no se quiere enfermar... ACEPTESE:
El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptados, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.
El conglomerado social está integrado de una manera variopinta, hay personas chiquitas o grandes de estatura, negros, blancos, morenos, amarillos, rojos de piel, así como pobres y ricos, de pelo ensortijado, liso y chicharrón, de dientes salientes, sin dientes o con una dentadura simétrica, gente de labios gruesos, finos y semifinos, flacos y panzones, solteros, casados y viudas, etcétera. Estoy seguro amigo lector, que nadie está al cien por ciento satisfecho con su condición social, su tez, su profesión de fe, su familia, sus ojos, etc., porque siempre habrá un qué, un porqué, un cómo, un para qué y un cuando. Pero alegrémonos, porque esta diferencia o discrepancia es lo que nos da la fuerza suficiente para emprender nuevos retos, para tomar como aliciente esa aparente diferencia o vacío para motivarnos al desarrollo de nuevas actividades, o el cumplimiento de misiones que nos vamos imponiendo. Hay que aprender a aceptarse como uno es, y los que somos creyentes en Dios concluimos que, si nacimos con determinadas características físicas, de una familia de la cual a veces no queremos formar parte, si hemos desarrollado nuestras actividades en un barrio, en un suburbio o en una urbanización que nunca nos gustó, o la profesión que ejercemos no nos genera suficiente para la renta y que para colmo tampoco nos gusta ¡No te quejes! Porque Dios tiene para cada una de sus criaturas un programa o proyecto de vida, que tú no conoces, pero que sabes que existe. Entonces Dios, que es omnisciente, omnipresente y omnipotente, lo puede todo, lo ve todo y lo sabe todo, y como nosotros no conocemos nuestro futuro, tenemos que aprender a vivir con nuestras limitaciones y pequeños desacuerdos con nosotros mismos, amándonos como amamos al prójimo y con seguridad vamos a ser felices. Recuerda que al primero a quien debes gustarle es a ti mismo. Piensa por un momento que si tú no le tienes afecto a tu propia persona y tu propia personalidad ¿Qué quedará para los demás? Ojo… dejamos a salvo las situaciones que tienen que ver con conductas y actitudes amorales, inmorales y desviadas, y en este campo caen todas aquellas personas que viven dentro de las perversiones, conductas anómicas, y todas aquellas relacionadas con la ilicitud y las faltas a la moral, a las buenas costumbres, al derecho y a la justicia.
Si no se quiere enfermar... BUSQUE SOLUCIONES:
Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo tiene en la energía negativa que se transforma en enfermedad.
Respecto de esta acotación atribuida al Dr. Dráuzio Varella, debe afirmarse que no se debe tomar como una verdad absoluta; ya en los párrafos iniciales de este artículo me referí a la situación de que este tema por ser tan complejo requiere de un estudio más profundo, más complejo, más razonable a los efectos de evitar que puedan ocasionarse más daños que beneficios en la práctica de esas actitudes que aconseja el mencionado Varella. Por ello me comprometo en el futuro no muy lejano al abordaje de esta temática partiendo de los estudios de investigación realizados por la Asociación Andaluza de Investigación sobre Enfermedades Psicosomáticas. Estudio este que también cuestiono en virtud de las múltiples argumentaciones en contra ofrecidas por especialistas de la materia.
Pero en líneas generales, lo cierto es que el ser humano no puede vivir eternamente pensando en que todo le va a salir mal, en que su vida es un caos, en que nada le sale bien, es decir, y en ello me voy a permitir parafrasear a mis coterráneos maracaiberos, pensar que "Tengo tanta mala suerte que si participo en una rifa (sorteo en el que mediante el aporte de una pequeña cantidad de dinero se juega un premio) en la cual nadie pierde y los premios consisten en noventa y nueve ollas para cocinar y un cuchillo, seguramente me gano el cuchillo". Este ejemplo muestra de manera dramática la situación de la persona que vive bajo el influjo del pesimismo y de la negatividad, esas personas cuya negatividad es tan acentuada y rimbombantemente manifestada que, en lugar de volver en sí, vuelven en NO.
El ejemplo de la abeja citado por Varella es contundente, una abeja es pequeñita y sin embargo lo que produce hace tan feliz a la Humanidad que la abeja misma ni sabe cuántos afectos tiene en la raza humana. Ahora, si nosotros comenzamos a pensar en un determinado sentido, créalo usted, amigo lector, con el tiempo usted será lo que ha pensado, y obtendrá lo mismo. Va otro ejemplo: Observe la mayoría de los líderes y gente connotada del Socialismo, Marxismo Ortodoxo y Marxismo Científico, la mayoría de ellos ha pensado tanto en Marx y en Lenin, que la mayoría son tipos barbados y transfigurados en el rostro de estos hombres a quienes se les conoce como precursores de esa ideología borrascosa. Lo mismo sucede con algunos otros personajes, piense usted en el buen Jesús, Nuestro Señor, hay personas que quieren ser como él, quieren parecerse a él, quieren actuar como él, a la larga su cuerpo, sus rasgos y hasta su pelambre nos dará la idea de alguien que se parece a las imágenes de Jesucristo que se exhiben en los diferentes templos y sitios en donde se practican los actos de fe. Y así los ejemplos pueden multiplicarse para poder afirmar que el pensamiento se convierte en acción cuando vivimos bajo su influencia, y si el pensamiento es negativo, nuestras acciones también serán negativas; si son negativas las acciones, las reacciones y consecuencias también serán negativas. Generalmente el pensamiento negativo se transforma en enfermedad, dentro de las cuales pueden mencionarse la depresión, la ansiedad, y otras que hoy se conocen con el nombre de enfermedades psicosomáticas.
Pero mantén la esperanza, porque por encima de todas esas verdades racionales hay una que es más poderosa: Jesús es el camino, la verdad y la vida, y él nos dijo: "Y aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente".
Finalmente, como es costumbre y con vuestra licencia me permito transcribir una frase célebre atribuida a Séneca: "Los elementos de la dicha son: una buena conciencia, la honradez en los proyectos y rectitud en las acciones".
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