lunes, mayo 18, 2009

LA NOTA CORTA. “LA VOZ DE UN ANCIANO”.




LA NOTA CORTA. “LA VOZ DE UN ANCIANO”.

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO .ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y TRASLADADA A LA RED EN LUNES 18 DE MAYO DE 2009.

Generalmente nuestra actitud frente a los ancianos es, cuando menos, de indiferencia, lo que se traduce en la práctica de ignorarlos de plano. Creemos--- equivocadamente por supuesto--- que ellos no tienen nada que aportar, que son un estorbo y que es una pérdida de tiempo prestarles alguna atención y mucho menos considerar en algo sus opiniones y criterios.

Está forma de valorar, calificar y juzgar a los ancianos es verdaderamente cruel y evidencia la naturaleza egoísta de quien así actúa. Es manifestación de supina ignorancia, de desconocimiento total y de una frágil, brutal y pobre percepción del ser humano, de su trascendencia, de su origen celestial y de la naturaleza divina de la cual Dios lo dotó. En épocas pretéritas alcanzar la ancianidad era considerado como un trofeo y como una gracia y bendición de nuestro señor Dios. Al mismo tiempo a los ancianos se les consultaban los asuntos y temas de mayor trascendencia e importancia para la comunidad. Se reconocía en el anciano, el cúmulo de experiencias vividas y la capacidad de aconsejar a los más jóvenes, en el entendido, de que por haber ya vivido largo tiempo y por haber sobrevivido a situaciones calamitosas, graves y difíciles, ello le daba la facultad para el buen consejo y la buena recomendación. Recordemos que nos viene de la tradición oral hasta nuestras épocas, la sabia expresión: "MÁS SABE EL DIABLO POR VIEJO QUE POR DIABLO", condensándose en la misma, y que por lo general y casi seguro, es la conclusión de que la experiencia se concentra en el anciano, en virtud de la multiplicidad de situaciones, hechos, cosas y fenómenos con los cuales ha tenido que vivir, luchar y subsistir.
En esta nota corta llamamos a la reflexión a nuestros lectores para qué les demos a nuestros ancianos el lugar que realmente deben ocupar en nuestra sociedad. En ellos reside la experiencia, el conocimiento y la sabiduría tan necesaria para quienes comienzan a transitar los difíciles caminos de la existencia, cargada con sus penurias, tribulaciones, tristezas y penas. Debemos respetar a nuestros ancianos, debemos amarlos, respetarlos y tomarlos en cuenta, dándole valor a sus opiniones y apreciaciones en las decisiones que hayan de tomarse en nuestra familia, en nuestra sociedad y en nuestro entorno. Los ancianos son un tesoro de conocimiento, de vida, de asesoramiento, de orientación y de luz para las oscuridades que suelen acompañarnos en nuestra existencia.

Escuchemos la voz de nuestros ancianos, pues ella es valiosa y de gran utilidad para nuestro ciclo vital. Transcribo las siguientes líneas que materializan de alguna manera la voz de todos los ancianos:

“1.- Bienaventurados los que comprenden
mi extraño paso al caminar y mis manos torpes.

2.-Bienaventurados los que saben que mis oídos
tienen que esforzarse para comprender lo que oyen.

3.- Bienaventurados los que comprenden
que aunque mis ojos brillan, mi mente es lenta.

4.- Bienaventurados los que con una dulce sonrisa
me estimulan a intentar una vez más.

5.- Bienaventurados los que nunca me recuerdan
que he hecho dos veces la misma pregunta.

6.- Bienaventurados los que me escuchan,
pues yo también tengo algo que decir.

7.- Bienaventurados los que saben
lo que siente mi corazón,
aunque no pueda expresarlo.

8.- Bienaventurados los que me respetan
y me aman como soy
y no como ellos quisieran que fuera.

9.- Bienaventurados los que me ayudan
en mi peregrinar
hacia la casa del padre celestial”.
(TOMADO DEL LIBRO “SECRETOS PARA TRIUNFAR EN LA VIDA”.AUTORÍA DE P. ELIECER SALESMAN.BOGOTÁ.COLOMBIA.EDITORIAL CENTRO DON BOSCO.1991.PAG.74.)

ETIQUETAS: REPETIDERA, ESTORBOS, SUPINA IGNORANCIA,






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