ed: June 16, 2008 (Less info)
Quizás hasta parezca el título de una serie fílmica o tal vez de una película, pero lo cierto es que tal y como lo afirma el título de este comentario, la fuerza está con nosotros. Esa fuerza es la fuerza de Dios, es él PARÁCLITO, el abogado defensor, nuestro acompañante eterno, el habitante santo de nuestro corazón. De allí que no debamos, ni podamos, ni queramos sentir miedo, puesto que el mismísimo Jesucristo les manifestó sus apóstoles al tiempo que el subía al cielo, que no los dejaría solos, que el espíritu santo los acompañaría hasta el final de los tiempos. Y esta promesa extensible a todos nosotros nos hace vivir tranquilos y en santidad. Tranquilidad como sinónimo de paz y santidad porque somos hechos a imagen y semejanza de Dios y en consecuencia participamos de su naturaleza santa y como Dios es Santo y nuestro creador y el no puede aunque lo quisiese hacer cosas malas, o imperfectas, nosotros por ende somos perfectos y santos. Pero insisto al igual que lo he hecho en otros comentarios y artículos: que la santidad tiene una naturaleza dual, primero tenemos una santidad de origen y por otra parte una santidad que debemos labrar, conquistar, lograr a través de nuestros actos, para que se cumpla lo que nos dice el apóstol Santiago: la fe sin obras es una fe muerta y aquel que exhibe su fe debe exhibir también sus obras. Ya el refranero popular lo advierte: " obras son amores y no buenas razones". Permita Dios que las reflexiones que efectuamos en este vídeo puedan servir a quien las comparta de una gran utilidad, de manera que se transformen en herramientas y mecanismos para la renovación interior, el logro de la paz, una vida de tolerancia y fe y un gran fervor por la palabra de Dios. Amén y amén...
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