Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor: CORRUPTOS…“LOS DEMÁS SON CORRUPTOS, YO NO”.POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZFUENMAYOR.mervyster@gmail.com. MARACAIBO.ESTADO ZULIA.VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED: VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015.

CORRUPTOS…“LOS DEMÁS SON CORRUPTOS, YO NO”.POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZFUENMAYOR.mervyster@gmail.com. MARACAIBO.ESTADO ZULIA.VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED: VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015.

IMAGEN UNO: REPRESENTACIÓN DE LA CORRUPCIÓN…

IMAGEN DOS: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR…

“ENTONCES JESÚS, DIRIGIÉNDOSE A LA TURBA LES INQUIRIÓ: <<QUIEN DE USTEDES ESTÉ LIBRE DE PECADOS, QUE ARROJE LA PRIMERA PIEDRA>>”. FRAGMENTO EXTRAÍDO DE LA SANTA BIBLIA. PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. (MEGF) VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015.

CORRUPTOS…“LOS DEMÁS SON CORRUPTOS, YO NO”.

POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZFUENMAYOR.mervyster@gmail.com. MARACAIBO.ESTADO ZULIA.VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED: VIERNES 19 DE JUNIO DE 2015.

La mayoría de las personas a quienes se les pregunta si son corruptos o no, con certeza certificada, responderá que no lo son. Sin embargo existen situaciones cotidianas, de eso que llaman “de la vida diaria”, que muestran una realidad totalmente distinta a la que se maneja por la casi totalidad de los miembros de una sociedad o un pueblo determinado. Venezuela, Maracaibo, el Estado Zulia, no constituyen la excepción a la presente aseveración. Veamos una situación común a todos los que me leen e igualmente a los que no lo hacen, y hasta podría afirmarse que un 99 por ciento de cualquier núcleo humano, haya podido incursionar, aunque fuese una sola vez en la vida, en cualquiera de los actos de corrupción creados, imaginados o hipotéticos. Aunque la forma de corrupción en la que hubiésemos actuado, posea naturaleza simple, sencilla o reducida a su mínima expresión, en cuanto a los efectos dañinos causados a terceros o a los principios de la ética o la moral propia o pública. La situación común, me sucedió a mí. ¿Aunque usted no lo crea?

Omitiré algunos detalles con el propósito de impedir la precisión e identificación de los personajes involucrados, así como de los lugares y otros elementos vinculados con la realidad de esa situación, que de inmediato paso a narrarles.

Con la llegada al Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, mi país: Venezuela, cambió para mal (Opino yo) pues la naturaleza de ese venezolano anterior a este hecho, era diferente al venezolano de hoy, que se caracteriza por ser violento, resentido, odiador, exclusivo y no incluyente, cultivador a ultranza del odio a aquellos que se han preparado cultural, académica, económica o socialmente hablando. Todo lo que huela a progreso y desarrollo, bienestar, prosperidad, cultura, ascendencia en la pirámide social o económica, formación universitaria o profesional media, superior o o elevada en otros niveles, es mal visto por los chavistas, que así es como les gusta que se les conozcan; y por todos aquellos, que de manera sincera o no, se proclaman socialistas, chavistas, revolucionarios y participativos. Pero volviendo al tema, a los que me conocen les consta que no tengo hijos biológicos, pero dice el refrán que “QUIEN NO TIENE HIJOS BIOLÓGICOS, EL DIABLO LE DA SOBRINOS O AHIJADOS”. Y de estos últimos tengo y bastantes. Uno de mis compadres se “enroló” en el aspavientoso y estrafalario club de los chavistas y como tal adepto al gobierno que hoy, bajo la conducción del prócer de esa revolución Nicolás Maduro, subsiste en Venezuela. Como es natural mi compadre comenzó a meterle diferencias a la situación venezolana, y a tratar de convencerme de las bondades del régimen chavista, del socialismo, de la revolución y bla bla bla. Y en esa misma intensidad le resistí su cháchara y traté de hacerle ver lo inconveniente, peligroso y dañino para cualquier sociedad y pueblo, de esa doctrina, ideología y forma de gobernar. La situación se fue tornando tensa con el correr del tiempo y mi compadre en cualquier tertulia, reunión o encuentro casual, no perdía la oportunidad para despotricar de los ricos, de los profesionales universitarios, de aquellos trabajadores que con sus propios esfuerzos habían alcanzado una condición económica más o menos media y con niveles de prosperidad bastante aceptables. También mi compadre hablaba de que todas esas personas eran “burgueses”, “oligarcas”, “ladrones”, “corruptos”, que todo lo que tenían o habían alcanzado, lo habían logrado por abusar de los demás, por engañar y robar a los pobres, por cogerse el dinero de los distintos lugares instituciones en las cuales habían trabajado; de hacer trampas y triquiñuelas en la vida que llevaban y obtener mediante estas, grandes cantidades de dinero, buen carro, buena casa y dinero en el banco.Sin embargo trataba de que mi compadre, no reaccionará de esa manera y que no generalizara en cuanto a sus acusaciones, descalificaciones, epítetos y toda esa sarta de improperios, que mi compadre no decía antes de la llegada de Chávez, y que su actitud se había transformado en violenta, agresiva y hostil, toda vez que ese, mi compadre, antes de que llegara la revolución, “era un alma de Dios y una persona decente y de buen hablar”. Insisto en que todo fue inútil, pues mi compadre continuó degradando su forma de actuar y de conducirse, al punto tal de que, como ya lo he referido, no le tomaba en serio sus peroratas y su frecuente modo violento de dirigirse a la oposición venezolana. En una oportunidad, se atribuyó el derecho de compararme con todas aquellas personas a las que su alma resentida y preñada de mucho odio, las ha catalogado como gusanos, explotadores, corruptos y toda cuanta jerga soez, se le venía a la mente. En este estado de cosas, mi compadre llegó a decirme que el carro que yo poseía era ostentoso, que eso no podía ser, que mi condición de profesor universitario y de abogado no me daba ese derecho, que por alguna razón yo vivía mejor que otros y eso no podía ser, porque todos somos iguales. También me echó en cara mi poca presencia en los barrios más necesitados de la ciudad y mi “presunta” falta de compromiso con los pobres y con los más desprotegidos de la tierra. Y que probablemente podía subsumírseme o calificárseme de corrupto. No sé cómo la ira no me invadió. He allí entonces que, un soplo de inteligencia vino a mi mente y con la velocidad del rayo le recordé “algunos detalles de las condiciones de modo tiempo y lugar en las que vivía mi compadre y su familia”. Todo eso me motivó a hacerle las siguientes preguntas, las que parafrasearé y añadiré las respuestas que me dio, y el comentario final de estas reflexiones. Comienzo: ¿Compadre usted paga luz eléctrica en su casa? Si ¿Compadre tiene un contrabando en el medidor de energía eléctrica, para que no refleje el verdadero consumo de su casa? Sí mi compadre, tengo un ladrón de corriente ¿Compadre usted paga el agua que consume a la compañía que se la surte? No compadre, desde que me cortaron el suministro de agua, conectamos un ladrón de agua y sobre el medidor echamos suficiente cemento y piedra, para ocultarlo. ¿Compadre usted disfruta de televisión por cable, pero yo no veo que pague alguna factura de cable? Compadre como usted sabe muy bien, que el vecino y yo estamos pegados del cable exterior y cuando vienen a supervisar, nos desconectamos temporalmente y luego no nos volvemos a enganchar. ¿Compadre usted paga al Concejo Municipal, los impuestos por derechos de frente y otros? No compadre, porque tengo que pagar yo eso. El gobierno está obligado a darme esas comodidades. ¿Compadre yo veo que usted tiene el servicio de gas, pero no le veo ni medidor, ni le he escuchado que tenía que haberlo pagado alguna vez? No compadre, ese servicio, que lo paguen los ricos, los pobres no tenemos por qué pagarlo. ¿Compadre esa nevera, yo recuerdo que usted no la terminó de pagar, y que la escondió cuando se la vinieron a embargar, recuerda? Así es mi compadre, sino tenía como pagarla y la necesitaba por que iba a permitir que se la llevaran.

Ante esas respuestas me sigo preguntando ¿SI MI COMPADRE ES O NO CORRUPTO? Es probable que cualquiera de nosotros esté en algunas de las situaciones en las que mi compadre, por su propia confesión, se encuentre.

A todas estas, una pregunta emerge con gran fuerza ¿QUIÉNES SON LOS CORRUPTOS, LOS DEMÁS? ¿NO SERÉ TAMBIÉN YO, OTRO DE LOS CORRUPTOS, ANÓNIMOS O PRIVADOS? Juzgue usted amigo lector.

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Para citar este artículo: si se tratase del caso ejemplificado:

GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo, Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )

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