VÍDEO REFLEXIVO "TU ERES SIMON Y TE LLAMARÁN KEFAS (PIEDRA,PEDRO)" COMENTARIO
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO .ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
GRABADO EN MIERCOLES 04 DE MARZO DE 2009.
TRASLADADO A LA RED EN VIERNES 06 DE MARZO DE 2009.
Pedro, nombre propio de persona, tiene un origen bíblico. Fue el nombre que dio Jesús a Simón desde el momento de conocerlo. Pedro es la traducción del nombre arameo Kefás que significa tanto 'piedra' como 'roca'. Pedro significa propiamente 'roca', pues para una piedra suelta el griego tiene la palabra lithos. Existen varias palabras compuestas o cultismos en español que tienen como primer elemento la palabra griega lito 'piedra': litografía, litosfera, litografiar, litógrafo, etc.
La palabra del señor es riquísima en enseñanzas y en la participación de un conjunto de personas que en la medida en que uno las va conociendo se va sintiendo cada vez más impactado, emocionado, alegre, y con un orgullo sano, por la existencia de las mismas y por su destacada actividad y función en el cumplimiento de los designios y preceptos de la sagrada escritura. Uno de estos personajes es Simón Pedro, el primer pontífice de la santa iglesia católica y EN EL QUE Jesucristo fundó la verdadera iglesia, la única, la universal, la iglesia católica. A él le dijo tú eres Simón Pedro ,pero de aquí en adelante te llamarán KEFAS que significa piedra, Pedro. En la siguiente cita bíblica encontraremos la trascendencia, importancia y proyección de San Pedro como apóstol de Jesucristo hijo la roca en la cual está edificada la santa iglesia católica y el gran papel que el Jesús le asignó a Pedro como custodio de esa iglesia y como administrador del reino de los cielos. Obsérvese:
Mateo 16,13-19
Mateo 16,13-19
En aquel tiempo, 13llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe y preguntaba a sus discípulos:
- ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
14Ellos contestaron:
- Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
15Él les preguntó:
- Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
16Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
- Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
17Jesús le respondió:
- ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
18Ahora te digo yo:
- Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
19Te daré las llaves del Reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Orientaciones para la lectura
La lectura del Evangelio se centra en la figura de San Pedro, el portavoz de los apóstoles. Mt 16, 13-19 presenta la famosa “confesión de San Pedro” y la respuesta de Jesús a tal confesión de fe.
El suceso se sitúa en Cesarea de Filippo, región pagana en el antiguo territorio de Palestina, como una previsión de que Pedro y los apóstoles no se quedarán limitados a su propio país. Deben estar dispuestos a alcanzar las regiones paganas y seguir al Maestro donde quiera llevarles.
“¿Quién dice la gente que soy yo?” El Maestro Jesús comienza con una pregunta impersonal. ¿Qué impresión tienen los otros de mí? ¿Cómo me ven? A esto responden los discípulos: “Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, Jeremías o uno de los profetas.” Lo evidente es que la gente percibe a Jesús como un hombre santo, en línea con los profetas. En este momento crítico de la historia de la salvación judía, le ven como portavoz de Dios.
“Y vosotros ¿Quién decís que soy yo?” Jesús no deja a los apóstoles sólo en un nivel superficial. Quiere una relación más personal: decidme “¿quién pensáis vosotros que soy yo?”
“Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.” Así respondió Pedro a aquel examen, hablando por sí mismo y por los demás apóstoles. Es una profesión de fe de más alcance que la expresada por la gente. Jesús no es un mero profeta; es mucho más. Es el Mesías largamente esperado, el Ungido de Dios, realmente el Hijo mismo de Dios. Conociéndole y permaneciendo con él, Pedro y los apóstoles poseen la auténtica presencia de Dios, aquella “luz atractiva” imposible de despreciar y de renunciar.
“Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia…” En reconocimiento de la respuesta de Simón Pedro, le da Jesús un nombre nuevo. Darle un nombre nuevo significa una nueva vocación y misión de Pedro (ver también Gen 17, 5; 32, 28-29). Participa ahora de la misión misma de Cristo, es decir, Pedro se convierte en trabajador-compañero de Jesús para la reconstrucción del nuevo Israel, la nueva casa y familia de Dios. Jesucristo es realmente la piedra angular de este nuevo “edificio” (ver Mc 12, 10, en ref. al salmo 118, 22; ver también Efes 2, 20ss y 1Pe 2, 7ss). Comenzando desde Pedro, todos los apóstoles y sus seguidores están destinados a participar en esta vocación y misión de Cristo, su Maestro, reconocido por ellos como el Hijo de Dios vivo. La legitimidad de su función nace de este mandato dado a Pedro por Jesús. De aquí surge también la seguridad de que, mientras permanezcan fieles a este mandato, ningún poder, ni terreno ni sobrehumano, prevalecerá sobre ellos.(PIAS DISCÍPULAS DEL DIVINO MAESTRO. MADRID ESPAÑA.)
meditamos
Variantes del nombre propio Pedro:
Petronio, Petronaco, Petroquio.
En latín: Petrus.
En griego antiguo: Petros.
En bable: Perico (diminutivo de Pero).
En catalán: Pere.
En euskera: Pello, Kepa.
En francés: Pierre.
En inglés y alemán: Peter.
En italiano: Pietro, Piero.
En holandés: Pieter, Piet.
En noruego: Peer.
En ruso: Pyotr.
En finlandés: Pekka.
Petronio proviene del latín Petronius / Petroneum, derivado de petro, petronis que significa viejo carnero, del etrusco petru, petruna. La falsa etimología popular lo hace derivar de petra 'piedra'.
La palabra latina petra 'piedra', del griego petra 'roca', fue eliminando a la latina lapis 'piedra', 'piedra preciosa'.
«Piedra, 1042. Del latín vulgar petra 'roca', y éste del griego pétra 'roca'.
Derivados:
pedrada, 1220-50
pedregal, 1242
pedregoso, 927
pedregullo, del portugués pedregulho
pedreñal, 1615, del catalán pedrenyal, siglo XVI, derivado de pedreny 'pedernal'
pedrisco, siglo XV
pedrusco, fin del siglo XIX
pedernal, siglo XV, del antiguo pedrenal, hacia 1500, derivado del latín petrinus, griego pétrinos 'pétreo'; de la misma raíz:
empedernido, 1495, empedernir, 1611
apedrear, 1495
apedrea, comúnmente reducido a pedrea
empedrar, hacia 1410
empedrado, desempedrar
pedrería
Cultismo: pétreo
Compuestos:
petróleo, 1765-83, formado con latín oleum 'aceite'
petrolero
petrolífero, 1923
petrografía
petrificar
etimológico de la lengua española. Madrid: Gredos, 31987, p. 457]petrificación
perejil, fin del siglo XIII, del occitano pe(i)ressil, que viene del griego petrosélinon 'especie de perejil' (propiamente sélinon 'perejil' de roca), alterado en petrosilenon y de ahí *petrisilnu y *petrisillu
emperejilar.»
[Corominas, Joan: Breve diccionario .
El autor de esta nota introductoria del Vídeo Reflexivo, no se solidariza con el contenido de las citas hechas.
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