DINERO… EL DINERO ES FUENTE DE TODO TIPO DE MALES.POR:PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com. MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA Y
PUBLICADA EN LA RED: VIERNES 14 DE MARZO DE 2014.
IMAGEN
UNO: EL JOVEN RICO PREFIRIÓ SU DINERO A SEGUIR A JESUCRISTO, POR ELLO PERDIÓ LA VIDA ETERNA.
IMAGEN DOS:PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR...
“EL DINERO
DEBILITA LOS PRINCIPIOS, Y NOS HACE ENTRAR EN LA DISYUNTIVA DE CONSERVARLO O
PERDER LOS MÁS PRECIADO QUE TENEMOS: LA VIDA”. PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ
FUENMAYOR (MEGF) VIERNES 14 DE MARZO DE 2014.
DINERO… EL DINERO ES FUENTE
DE TODO TIPO DE MALES…
MARACAIBO. ESTADO
ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA
RED: VIERNES 14 DE MARZO DE 2014.
Desde
que se tiene conocimiento de la existencia del ser humano en el universo, los
tesoros, la fortuna, el patrimonio económico o el dinero, y la riqueza de este,
siempre han estado vinculados, no
únicamente, a la prosperidad de las personas en las diferentes etapas de la
historia. Son muchas, por no decir infinitas, las situaciones en las cuales el
dinero está relacionado con las grandes tragedias, con las angustias humanas,
con las tribulaciones y con los grandes daños que afectan la emocionalidad, la
salud física, el aspecto de la espiritualidad de los individuos. La
organización, desarrollo y degeneración de la sociedad y sus instituciones,
también son consecuencia “del vil metal o del papel moneda”, dándonos una
exhibición en el presente, de
decadencia, inmoralidad y negación de los principios referidos a la justicia, a
la verdad, a la indolencia. El egoísmo, la vanidad, la arrogancia, la codicia y
la falta de disposición para rectificar este terrible cuadro social, son por
igual, evidencias de ese estado de descomposición. Ya la palabra de Dios es
enfática cuando nos señala en la Primera Carta de San Timoteo, en su capítulo
6, versículo 10, lo que sigue: “Porque la raíz de todos
los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se
extraviaron en la fe y se atormentaron con muchos dolores”.
Si
nos atenemos a una interpretación más estricta en relación a la malignidad del
dinero, concluiremos que la culpa o la responsabilidad deberían radicarse no
tanto en el dinero, sino más bien en el uso o mal uso que se le aplique al
mismo. Como bien lo plantea la palabra del Señor, es en el afán y la finalidad
del dinero, lo que realmente empuja al hombre a dejarse llevar por todas
aquellas cosas que el dinero hace fácil o que pueda conseguir utilizándolo. El
poder, los placeres mundanos, el sexo irrefrenable o promiscuidad, la
adquisición de bienes superfluos e innecesarios, el tráfico de influencias, la
inversión del dinero de manera especulativa, es lo que causa hambre, escasez,
inflación y sobreprecio en los bienes de primera necesidad. En fin, ese
extravío en la fe, es decir en nuestra convicción, creencia y seguridad en la
existencia de Dios y en sus mandatos que nos enseñan que debemos ser justos,
solidarios, piadosos, altruistas, bondadosos, misericordiosos, celosos con el
amor a Dios y el cumplimiento de sus preceptos; es lo que nos atormentará con
una gran diversidad de dolores, que van desde lo físico hasta lo mental,
pasando por lo emocional y arribando a las enfermedades del alma, que son las
que mayor daño le pueden causar al hombre, pues lo van descarrilando y poco a
poco lo van situando en el despeñadero del infierno, pues su alma se va minando
con sus errores, con sus abusos y su conducta totalmente alejada, de lo que
Dios ha establecido. Por eso en el dinero están las raíces de todos esos
dolores, que nos convierten en seres humanos vacíos, malvados, egoístas,
negadores de Dios y en definitiva admiradores de satanás, pues sólo este rey de
la obscuridad aplaude las acciones u omisiones del hombre, que no le da buen finalidad al dinero, coque al sucumbir en sus debilidades,
tentaciones, y actitudes, se conducen de modo arrogante, soberbio, codicioso e
impulsado por la avaricia. También en el Evangelio según San Mateo en su
capítulo seis, verso 24 el Señor nos dice: “Ninguno puede servir a dos Señores; porque o aborrecerá al uno y
amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a
Dios y a las riquezas”.
De
lo que se trata, es de darle a cada
quien lo suyo, y claro, Dios está por encima de cualquier cosa, incluyendo las
riquezas y el dinero. Es preferible perder todo el dinero que tengamos en
nuestro poder, para asegurarnos de preservar nuestra vida eterna y el ingreso
al reino de los cielos, que sólo se logrará sí en lugar de amar al dinero
amásemos más a Dios, por encima de todas las cosas. Aquí es donde precisamente
el hombre flaquea, pues cuando lo obligan a decidir entre el dinero y las cosas
de Dios, por lo regular elige al dinero: y allí está su perdición. En la primera epístola de San
Timoteo en su capítulo seis, verso nueve, la palabra de Dios nos advierte “Los que quieren enriquecerse
caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insensatas y perniciosas
que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición”. Con esta palabra, con esta
enseñanza queda plenamente afianzado el razonamiento anterior. Quien persigue
la riqueza, para regodearse en ella, sin fructificarla en beneficio de los
demás, irremediablemente caerá en las tentaciones y en los tantos lazos que la
codicia le tenderá y hará de sus actuaciones, decisiones y conductas,
insensatas y perniciosas, obras de mala naturaleza y dañinas para la humanidad.
Sin apoyar la resignación y el conformismo, “Con tener sustento y abrigo, que con estos elementos ya no bastaría
para estar contentos (Primera epístola de San Timoteo, capítulo seis, verso 8)
No
nos hace falta perseguir la riqueza, por cuanto si amamos a Dios con todas
nuestras fuerzas y lo colocamos como el centro de nuestras vidas, como nuestro
gran maestro y mentor, aquel que nos controla en todos los aspectos, entonces
buscaremos su reino y lo demás nos será dado por añadidura. La riqueza
económica, material o espiritual, es consecuencia más de la mano y obra de Dios
que del esfuerzo o trabajo del hombre. Este último tipo de riqueza es temporal,
efímero, transitorio. En cambio la riqueza obtenida por añadidura devenida de
Dios es una riqueza para siempre, es
eterna y no la roerá ni la polilla, ni los elementos de la naturaleza (El Evangelio según San Mateo
en su capítulo seis, verso 33 nos señala: “Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
El
secreto de quien posea grandes riquezas y dinero, es abandonarse en la voluntad
y enseñanzas de Dios, para que este dinero no cause males y por el contrario
sirva en beneficio de la humanidad y de los intereses supremos de la
cristiandad. Animo, gozo, alegría...
DINERO… EL DINERO ES FUENTE DE TODO TIPO DE MALES.POR:PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com. MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA Y
PUBLICADA EN LA RED: VIERNES 14 DE MARZO DE 2014.
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UNO: EL JOVEN RICO PREFIRIÓ SU DINERO A SEGUIR A JESUCRISTO, POR ELLO PERDIÓ LA VIDA ETERNA.
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“EL DINERO
DEBILITA LOS PRINCIPIOS, Y NOS HACE ENTRAR EN LA DISYUNTIVA DE CONSERVARLO O
PERDER LOS MÁS PRECIADO QUE TENEMOS: LA VIDA”. PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ
FUENMAYOR (MEGF) VIERNES 14 DE MARZO DE 2014.
Para
citar este artículo: si se tratase del caso ejemplificado:
GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del
Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo,
Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )
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REDACTADA EL 01 DICIEMBRE DE 2009.
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