POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINALVIERNES 01 DE SEPTIEMBRE DE 1997.
TRALADADA A LA RED EN DOMINGO 04 DE ENERO DE 2009.
Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
DOMINGO 04 DE ENERO DE DE 2009.
(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…" que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).
O R A C I Ó N
Señor tu sabes que te amo. Tú sabes mi señor que te quiero, a pesar de mi culpa, de mi zozobra y negación. A pesar de mi carne rezagada. De la pobreza de mi corazón. Tú sabes que te quiero señor. Mis labios te lo gritan con toda la fuerza de mi voz. Hazme libre en la verdad. Tu luz, tu amor y tu palabra son el camino de mi libertad. Tú eres la ruta de mi vuelo, solamente deseo conocerte más. Hazme libre señor. Te seguiré a ti mi señor. Tu caso me ha tocado el corazón. Cada día, la aurora, despierta mis sentidos hacia ti. Tú eres mi fiesta, para ti señor es mi música mejor. Oh Dios de mi alegría, dondequiera que vayas te seguiré, señor, amén y amén...
COMENTARIO
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Cuando platicamos con el señor, cuando conversamos con el y ponemos de manifiesto nuestra alegría, nuestro amor. Cuando le revelamos al señor que el es el centro de nuestra vida, en ese momento, al glorificarlo y bendecirlo y abrir las puertas de nuestro corazón, de nuestra vida, de nuestra mente ,de nuestro espíritu, para que el sepa conducirnos, entonces, inmediatamente, todo nuestro ánimo, toda nuestra interioridad resulta dulcemente transformada .Y aun en los momentos difíciles que pudiésemos estar pasando hoy, sentimos como la fuerza de la palabra del señor se pone de relieve para decirnos: Yo estoy a tu lado tu lado, estoy a tu puerta y llamo. Nunca estarás sólo .En esta mañana hermano y hermana que me escuchas, es justo que reflexionemos acerca de nuestra actitud de santificar las fiestas del señor, de santificar los domingos. Ese dia tan importante en el cual celebramos el triunfo de nuestro señor, sobre la muerte y sobre el pecado, sobre el maligno, día en el que celebramos la redención, y a veces nosotros con miles de excusas no santificamos ninguna de las fiestas litúrgicas, las fiestas del señor. Por ello vamos a decirle al señor en esta mañana y a comprometernos a celebrar esas fiestas que para nosotros los cristianos católicos, tiene un profundo contenido. Porque constituyen una especie de vinculación más intrínseca con nuestra profesión de fe. Y porque evocamos en esos momentos cosas alegres y maravillosas que aunque a veces distantes en el pasado son buenas para traerlas al presente y no perder la perspectiva de vivir en nuestra propia carne la alegría de ser hijos de Dios. Por ello, Dios mío adorable y merecedor de toda alabanza y gloria, nos das su nuevo mandamiento que debo vivir en la iglesia: santificar las fiestas. Hacer que esos días sean días santos. Días de tu presencia como el santo. Debo encontrar en ése santificar mi felicidad. Debo hacerlo no solo a titulo privado, sino en comunión con mis hermanos, como iglesia, como pueblo de Dios. En la liturgia y honras públicas, porque no sólo soy un individuo, sino también comunión de hermanos .Muchas veces señor, a misa el domingo día de tu hijo. Me despreocupo de las pocas fiestas de precepto que quedan en nuestro calendario litúrgico. No me doy cuenta de que honrar a los santos en sus días o los misterios de tu hijo Jesús es honrarte a ti ,en el tiempo, en la historia, en nuestros días y horas ,probando que tu no eres un Dios ausente ,sino un Dios en medio de nosotros y en nosotros. Haz que te de culto tu creación, pero más aún, en la recreación que obraste por medio de tu verbo encarnado: Jesucristo. Haz que te honre en tu liturgia , de modo especial, en la Pascua de tu hijo. Haz que te glorifique en tu navidad y en tu epifanía . Has que te reconozca como Dios de vida en su resurrección y en cada domingo. Ayúdame a transitar por mi desierto en cada Cuaresma. Has que reviva tu Sinaí renovado en cada Pentecostés. Has que te honre en María y en los santos. Has que tus fiestas, sean tus fiestas hoy, en la historia de tus fieles, en la historia de tu iglesia ,hasta que llegue señor ,la gran fiesta del último día en que tus comensales vestidos con el traje de bodas ,celebren su desposorio contigo. Hazme señor feliz en tus celebraciones. Animo, gozo, alegría...
ETIQUETAS:ruta de mi vuelo, verbo encarnado, santificar las fiestas,
N O T A D E L A U T O R
AMIGOS Y AMIGAS, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- "DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO". ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.
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